Miguel Tirado Rasso

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Sospechosismo en el caso Colima

In Política, Procesos Electorales, Temas Centrales on 16 febrero, 2016 at 12:54 pm

El estado de Colima ha sido la nota en estos últimos días. Fenómenos de la naturaleza y, otros, de naturaleza humana vinieron a alterar la paz que regularmente, supondríamos, se vive en esta bella entidad y que atrajeron la atención nacional.

Para fortuna de todos, lo que amenazaba en convertirse en una de las peores tragedias en ese estado, por los efectos de Patricia, un huracán que, en sólo 10 horas, había pasado de tormenta tropical a ser considerado el huracán más fuerte registrado en el Pacífico y el Atlántico, con vientos hasta de 325 km/h, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de nuestro país vecino del norte, se superó, sin pérdidas humanas que lamentar ni los efectos devastadores que se anunciaban.

Una movilización efectiva y oportuna con medidas de prevención adoptadas con diligencia y tino, permitieron a la población estar preparada para este huracán que, finalmente, disminuyó su fuerza al tocar tierra. Esta combinación de factores, evitó que se cumplieran las “consecuencias potencialmente catastróficas”, que se habían pronosticado de este fenómeno natural.

No fue el caso del otro huracán, el de naturaleza humana, generado en un clima político enrarecido que también golpeó a la entidad. Un fenómeno de pronóstico reservado, con negativas consecuencias para la democracia local. Y es que ya en más de una ocasión, estos meteoros políticos han devastado las jornadas electorales en el estado, obligando a celebrar procesos extraordinarios en las elecciones para gobernador.

Sólo para registro, valdría mencionar que Colima es la única entidad de la República en la que, en menos de tres lustros, se han anulado dos elecciones para gobernador y celebrado tres elecciones extraordinarias. Dos por la anulación decretada por la autoridad electoral y una por el fallecimiento del gobernador en funciones.

En 2003, Gustavo Alberto Vázquez Montes, candidato priista triunfante en la elección para la gubernatura del estado, habría tenido que volver a contender en una elección extraordinaria, ante la anulación de los comicios constitucionales ordenada por la autoridad electoral, debido a intromisiones ilegales del gobernador en el proceso electoral.

La nueva elección ratificaría su triunfo, sólo que, después de poco más de un año, fallecería en un accidente aéreo (2005), sembrado en el misterio y la duda. Este hecho daría lugar a una convocatoria para nuevas elecciones extraordinarias, ahora para elegir a un mandatario sustituto. Una vez más el candidato del tricolor ganaría en las urnas. Silverio Cavazos, candidato ganador, concluiría el período constitucional de su antecesor (2005-2009). Pero este personaje tendría también un fin trágico. Un año después de concluido su mandato perdería la vida, como consecuencia de un atentado criminal, aún pendiente de aclarar.

La tercera elección extraordinaria habrá de tener lugar en algún momento de 2016, o en las postrimerías del año en curso, en el mejor de los casos, para reponer la elección para gobernador del pasado 7 de junio, que tres meses y medio después anulara el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), por las mismas causas que la de 2003: intervención ilegal de las autoridades locales en la contienda. Esto es, la causa de nulidad abstracta.

Cabría suponer que con el antecedente de la primera anulación, la autoridad local se habría cuidado de no cometer el mismo error que puso en peligro el triunfo de su partido en 2003, pero al parecer esto no fue impedimento para caer en la tentación de, supuestamente,  apoyar desde el gobierno al candidato priista a la gubernatura.

Hasta ahí la censura sería por la torpe ocurrencia de la autoridad de violar la ley, solo que en la rumorología local existe el sospechosismo de que precisamente esa burda actuación tendría una perversa intención. Fuego amigo, pues. Y es que el abanderado del PRI, Ignacio Peralta, no era el candidato del gobernador Mario Anguiano y, por alguna razón que se puede uno imaginar, se le quiso desbarrancar cuando prácticamente tenía el triunfo en la bolsa, aunque fuera por sólo 503 votos de diferencia, pues el TEPJF se había encargado de filtrar que el proyecto de sentencia sobre la impugnación de la elección presentada por el PAN, iba en el sentido de validar dicho proceso.

Ante esto, prácticamente de la nada y al cuarto para las doce, el secretario de Desarrollo Social del estado, a quien se le escucha en una grabación  instruyendo a sus subordinados a apoyar al candidato del PRI, sobre el principio de que gobernador pone gobernador, decide, después de tres meses, validar públicamente las palabras que se escuchan en ese audio, confesión suficiente para modificar el sentido del proyecto de resolución original del magistrado ponente y  proponer ahora la anulación de la elección, por la que, finalmente, se pronunció el pleno del Tribunal.

Las cosas se ponen difíciles para el PRI, según se interprete lo establecido en el artículo 41 de la Constitución que en su parte final señala: “En caso de nulidad de la elección, se convocará a una elección extraordinaria, en la que no podrá participar la persona sancionada.”  Porque si se considera que el sancionado es el candidato tricolor, Ignacio Peralta estará imposibilitado de volver a contender en los comicios extraordinarios y, entonces, nada detendrá al abanderado panista, Jorge Luis Preciado, con la consecuente alternancia.

Si es que ese fuera el caso, el gobernador Mario Anguiano se habrá salido con la suya. Aunque, en este mar de sospechosismos, también corre la versión de un acuerdo interpartidos, en lo oscurito y aprovechando la coyuntura, que tendría que ver con nuestro máximo tribunal de justicia.

Octubre 29 de 2015

PRI y PAN y el cambio de timonel

In Temas Centrales on 1 julio, 2015 at 8:18 pm

Concluidas las elecciones del pasado domingo siete, o casi, porque la post temporada electoral, como era de prever, todavía nos mantendrá un tanto atentos por algunos casos impugnados por parte de quienes se niegan a morir en el intento, toca a las dos principales fuerzas políticas del país, según los resultados de esta elección, PRI y PAN, preparar la renovación de sus dirigencias.

Tema delicado y muy sensible, y mire usted si no, pues quienes vayan a presidir estos institutos tendrán mucho que ver en el proceso preparatorio de la sucesión presidencial, lo que implica un intenso trabajo político a lo largo y ancho del país, determinante para crear el ambiente y las condiciones más favorables para la causa de su partido. Porque la joya de la corona de nuestros procesos electorales requiere mejorar la triste impresión que dejaron las campañas del pasado proceso.

PRI y PAN tienen el tiempo contado para procesar estos cambios, por lo que las decisiones con ese objetivo deberán tomarlas a la brevedad, y esto significa, a más tardar, en el próximo mes de agosto. En el caso del tricolor, su actual líder, César Camacho, protestará como diputado de la LXlll legislatura el primero de septiembre, y como todo apunta a que sea él quien asuma el liderazgo de su bancada en la Cámara, y esta responsabilidad es de tiempo completo, tendrá que dejar su cargo en el partido, antes de ese mes.

La definición de su sucesor, tiene sus complicaciones, y no precisamente porque no haya quién, sino por el contrario, porque el que pareciera indiscutible, y así lo perciben no pocos, algunos de quienes tiene opinión, le ven sus asegunes, y de ahí la incertidumbre sobre el futuro mediato del tricolor.

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El presidente del blanquiazul, Gustavo Madero, está en las mismas condiciones de su homólogo priista, sólo que en su caso hay mar de fondo. Como a Madero le gusta jugar de hombre equipo, y siguiendo una estrategia que, hasta la fecha le ha dado resultado en su proyecto político personal, tiene que armar una jugada que le permita dejar sucesor en el partido para que éste lo designe como líder de su grupo parlamentario en la Cámara y, desde esa posición, se le facilite el camino para la candidatura presidencial de su partido que, en la misma proporción que lo niega, la desea.

Lo que mucho nos recuerda a aquel personaje que insistía que lo dieran por muerto en relación a sus aspiraciones presidenciales, hace ya más de 10 años y que, desde entonces y hasta la fecha, no ceja en su obsesión por la silla presidencial.

El líder blanquiazul preparó bien el terreno precisamente para estos momentos políticos. Tiene el control sobre la Comisión Permanente del Consejo Nacional panista, por lo que, aún a pesar de los malos resultados obtenidos en la pasada elección, los peores números desde hace 18 años, por cierto (el más bajo porcentaje de votos, el menor número de diputados y la pérdida de 1,3 millones de votos respecto de la elección de 2009), Madero salió bien librado en la evaluación sobre este proceso, al reiterarle los comisionados su solidaridad y apoyo. Algo tendría que ver el hecho de que, de los 40 comisionados del Consejo, 38 son maderistas.

El dirigente panista propuso adelantar el proceso de renovación de la presidencia, para que en agosto el partido cuente con el nuevo líder que deberá operar su designación como coordinador de los diputados blanquiazules, para de ahí dar el gran salto a lo que es la motivación de su juego político. Sin embargo, para lograr esto último, Madero deberá librar algunos obstáculos. El primero, el descontento de muchos, por los malos resultados de la elección y por su manejo autoritario y excluyente del partido.

El otro, no menor, es el ex presidente Felipe Calderón, su esposa Margarita Zavala y quién o quiénes también se animen para la silla grande, como el gobernador poblano, Rafael Moreno Valle, por ejemplo. Y es que, de lo que se trata es de detener el tren maderista que, hasta el momento, ha recorrido, sin graves percances, el camino trazado en su estrategia hacia el 2018.

Madero debería verse en el espejo de sus colegas perredistas, los Chuchos, que en su afán por secuestrar al PRD para mantener un control absoluto, se están quedando solos, eso sí, con el partido, pero cada vez con menos militantes y pocas figuras destacadas. Con el puro cascarón, pues.

Junio 18 de 2015

Inquietos y acelerados

In Sucesión presidencial on 1 julio, 2015 at 7:26 pm

Está claro que los tiempos del inmovilismo institucional, son cosa del pasado. Aquella sentencia que pronunciara, el casi eterno líder cetemista, Fidel Velázquez, como advertencia para los políticos inquietos,” el que se mueve no sale en la foto”, se hizo obsoleta a partir de los tiempos de la transición, y un poco antes. Ahora la consigna pareciera ser: si no te mueves, quedas fuera de foco y, al amparo de esta nueva consigna, se están detonando algunos auto destapes.

Recordamos que fue Vicente Fox quien rompió con los tiempos y formas tradicionales, saliéndose del huacal de la dirigencia panista, para declarar públicamente su intención de contender por la presidencia de la República, tres años antes de la fecha de la elección presidencial, en julio de 1997, siendo gobernador del estado de Guanajuato. Su declaración tomaría por sorpresa a propios y extraños y, por lo pronto, ninguno de sus correligionarios, con la mira puestas en el mismo objetivo, pero a la secreta, le daría alcance, en una carrera que se habría de llevar de calle, no sólo a propios, pero también a extraños.

Años después, en mayo de 2004, dos años antes de las elecciones federales, Felipe Calderón repetiría la historia de los destapes anticipados, al asistir a un acto proselitista en apoyo a su candidatura, siendo secretario de Energía. Esta anticipación no le habría gustado nada al Presidente Fox, quien prácticamente lo orilló a renunciar a su cargo y, a partir de entonces y hasta la fecha, quedaría rota la relación entre los dos personajes. Pero de que valió la pena el sacrificio del cargo por aquella estrategia calderonista, ni hablar.

Pues, ahora resulta que, en plena transición democrática, concluido el proceso electoral de mitad del sexenio y a tres años de la sucesión presidencial, parece haber llegado el tiempo de los auto destapes anticipados. Al menos, eso está sucediendo. Varias son las figuras que  a la menor provocación o sin ella, han anunciado, públicamente, su intención de inscribirse en la carrera presidencial. Aquí los ejemplos más destacados, hasta el momento.

Sobre el caso del fundador de Morena, Andrés Manuel López Obrador, huelgan comentarios, porque su auto destape es parte ya de nuestra historia política contemporánea, tras doce años, por lo menos, de estar en la lista de aspirantes declarados, sólo que ahora, en su tercer intento, hasta con actos de campaña muy anticipados.

Margarita Zavala, la ex primera dama, finalmente  dejó de deshojar margaritas y, tras buscar, infructuosamente, una diputación federal, y luego aspirar, sin mucha oportunidad, a presidir su partido, cayó en cuenta de que las posibilidades de su proyección estelar estaban un paso más allá de las posiciones que estuviera dispuesta a otorgarle la dirigencia de su partido, así que, en una jugada de pizarrón, levantó la mira y se lanzó a la grande.

En un video, difundido en redes sociales, muy a la moda, declaró: “buscaré la presidencia de la República”, como candidata del PAN o como sea, podría ser la interpretación de sus palabras, dejando abierta la posibilidad de una candidatura independiente, también muy de moda, lo que pondría nerviosos y de malas a otros aspirantes ocultos, aunque evidentes.

El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, tras el desastre electoral capitalino que lo dejó mal parado, ha considerado oportuno romper el silencio para declarar que sí quiere ser presidente, pensando, quizás, que esto podrá elevar sus bonos, algo, por cierto, muy necesario para llevar a buen fin su ejercicio de gobierno en el trayecto que falta. Mancera tampoco descarta la posibilidad de irse por la libre, como candidato independiente, un poco para recalcar su calidad apartidista y, otro tanto, para darle un calambre al partido que lo adoptó, lo postuló y lo decepcionó, y que ahora anda de capa caída.

El otro aspirante inquieto, aunque éste sí todavía no destapado, oficialmente, es el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, para quien sus partidarios han creado, en las redes sociales, una especie reciclada de “amigos de Fox”, denominada “Ciudadanos con RMV,” en Puebla, por supuesto, pero que también se está extendiendo a otros estados de la República, y cuyo propósito es fácilmente adivinable. Por lo pronto, este funcionario se placea por toda la República, encubierto en su calidad de gobernador poblano, en una estrategia que busca algo más que simplemente estrechar los lazos de su estado con el resto del país.

Quedan por ahí otros personajes que le juegan a la policía china, pues, aunque resulta obvia su aspiración presidencial, ellos insisten en negarlo fervorosamente. El ejemplo más claro es el del todavía presidente del PAN, Gustavo Madero, quien hasta con palabras altisonantes rechaza estar interesado en la silla presidencial, aunque todos sus movimientos apuntan al 2018.

Tiempos nuevos y nuevas estrategias, quizás inéditas, que estarán presionando para que todo aquél que aspire a la joya de la corona político-electoral, del partido que fuere, comience a desempacar para no rezagarse demasiado ante la anticipación de los inquietos y acelerados, lo que en el caso del partido en poder, el PRI, significará un verdadero cambio de señales sobre el que habrá que estar muy atentos.

Junio 25 de 2015

Reflexiones para después de una elección

In Procesos Electorales on 17 julio, 2013 at 12:42 pm

Tras la celebración de la primera jornada electoral del sexenio, y una vez definidos sus resultados, es momento de reflexión para todos o, al menos, debiera ser. No está mal que, con la intención de mantener el buen ánimo entre su militancia, los responsables de guiar los destinos de los partidos políticos, destaquen el lado positivo de lo obtenido en las elecciones. Conservar el optimismo en momentos críticos, es siempre recomendable. Lo malo está en caer en la exageración, y darle visos de éxito a una participación que fue menos que modesta. Pero peor aún, es incurrir en el auto engaño.

Es el caso, cuando escuchamos la evaluación que hace el presidente del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Zambrano, sobre la actuación de su partido en el reciente proceso electoral. El dirigente perredista presume triunfos, como el obtenido en el estado de Baja California, cuando habría que reconocer que su aportación a la victoria obtenida en alianza con el PAN, fue mínima. Pues, mientras que el partido blanquiazul ha logrado sostenerse como partido gobernante en ese estado durante casi un cuarto de siglo, la casi ausencia del partido del Sol Azteca como fuerza política en los estados de la frontera norte del país, es notable.

Su alianza con el PAN le resultó muy benéfica, porque le ayudó a disfrazar su debilidad, permitiéndole compartir triunfos que de otra manera no hubiera podido lograr. Las conquistas más importantes, son las que obtuvo, precisamente, como consecuencia de esta coalición, porque en donde contendió solo, el PRD tuvo que conformarse con pequeñas plazas.

La división hacia el interior de este partido es ya histórica, y lejos de curar heridas, cada grupo se mantiene aferrado a sus cotos de poder, sin ánimo de ceder, y siempre en espera de acrecentar su campo de influencia a costa de las otras tribus. Su principal bastión, el gobierno del Distrito Federal, ahora lo encabeza un personaje que no milita en sus filas, y según declaraciones del propio Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, no es su intención afiliarse a ese partido.

El PRD es gobierno, sin alianzas, en dos entidades, Guerrero y Morelos, aunque en el primer caso, el gobernador no parece sentirse muy comprometido con el partido que lo postuló y siga suspirando por el PRI, su antiguo partido. En cinco entidades más, formó coaliciones para llegar al poder, en Tabasco, con el Partido del Trabajo  y Movimiento Ciudadano, y en Puebla, Oaxaca, Sinaloa y ahora Baja California, con Acción Nacional.

Podemos decir que su participación en los gobiernos que comparte con el blanquiazul, es muy discreta, ya que a la hora del reparto de posiciones para integrar los equipos de gobierno, el PAN siempre se lleva la tajada del león, por lo que decir que es partido en el gobierno en estos estados, resulta una mera una ilusión. Eso sí, estas coaliciones le han significado tanques de oxígeno al PRD, sobre todo en sus momentos de crisis.

El retiro de sus filas de su principal activo electoral, Andrés Manuel López Obrador, le ha significado una grave pérdida, que todavía hasta el momento, no se puede apreciar en su debida dimensión, pues seguramente cuando el partido del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, obtenga su registro, se darán ajustes en la militancia de izquierda, y no precisamente para fortalecer al PRD.

Para López Obrador, el partido del Sol Azteca fue un mal necesario. Lo utilizó porque requería sus siglas y sus prerrogativas para poder contender electoralmente. Aprovechó sus recursos para formar un partido a modo, sin sombras de líderes morales, ni operadores de negros antecedentes, ni presencia de tribus que disputan el poder. Un partido fundado por él, bajo su control absoluto. Y en ese sentido se ha desmarcado ya de los partidos de izquierda con registro, al declarar que en las próximas elecciones federales intermedias, Morena habrá de participar solo, sin aliados.

El fundador de Morena reactivó su presencia pública la semana pasada, enviando un mensaje a tres bandas, cuando invitó al Jefe de Gobierno del Distrito Federal a lanzar la primera bola en un partido de beisbol. En primer lugar, el aviso de que no quiere nada con el PRD, que su relación con el mandatario de la capital del país es buena, por lo que no se descartaría que en un descuido lo pueda incluir en sus planes, quitándoselo a ese partido. Para los bejaranos, la recomendación de actuar con prudencia y no enfrentar al Jefe de Gobierno, a menos, no por el momento. Y para su sucesor en el gobierno de la ciudad, Marcelo Ebrard, el mensaje de que en el futuro político de la izquierda sólo hay dos opciones, y que él no está contemplado.

En este contexto, los dirigentes del PRD deben analizar muy bien la estrategia a seguir para no perder su posición de líder de la  izquierda en el tablero político nacional. El año que entra tendrá que renovar sus cuadros y, es bien sabido, las dificultades que tiene este partido para llevar a cabo procesos electorales internos sin reclamos, enfrentamientos y fracturas. Una coyuntura muy conveniente para quien está apostando fortalecer la militancia de Morena, a costa del desmembramiento perredista.

El partido del Sol Azteca, tendrá que hacer un esfuerzo para mantener la estabilidad y la unidad entre sus filas, y evitar que el registro de Morena provoque una desbandada que debilite todavía más su estructura y sus posiciones y posibilidades en el escenario político nacional.

La amenaza es real y el reto es mayor.

Julio 17 de 2013

Un proceso equitativo

In Procesos Electorales on 10 julio, 2013 at 12:46 pm

Para bien del país, finalmente concluyó la jornada electoral para la renovación de legislaturas locales y alcaldías en 14 entidades de la República y la gubernatura de un estado, el de Baja California. Jornada precedida de múltiples e insistentes denuncias, acusaciones, y quejas formuladas un día sí y otro también, más como estrategia para descalificar los comicios por anticipado y fortalecer posiciones, que con la intención de corregir vicios en los procesos.

Y es que, en estas elecciones los presidentes de los dos partidos mayoritarios de oposición, PAN y PRD, se jugaban algo más que los triunfos o derrotas de sus candidatos, pues enfrentamientos internos y la metralla del fuego amigo, habían puesto en duda su actuación como dirigentes, cuestionando su liderazgo. Todo por su participación en el Pacto por México, que no gustó a cierto sector de sus correligionarios, que los tacharon de colaboracionistas y de no asumir un papel más radical, como partido de oposición.

El presidente del PAN, Gustavo Madero entendió que debía endurecer su posición en contra del PRI, como medida de salvación de su cargo. Así vimos que el volumen de sus reclamos sobre supuestas maniobras de mandatarios priistas en las campañas, coincidía con la intensidad de su conflicto con los senadores de su partido.

Para curarse en salud, y en preparación de cómo pudiera resultar la elección para su partido, en caso de derrotas, el presidente del PAN habría denunciado anticipadamente una serie de irregularidades, que le servirían de antecedente para, en su momento, reclamar la descalificación de los comicios. Claro está que, en caso de triunfos, ni para que recordar los reclamos.

Algo parecido a esta circunstancia es lo que vivió el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, ya que algunos grupos de su partido y miembros de la izquierda a la mexicana, también habrían expresado su inconformidad por su colaboración en el Pacto por México pero, sobre todo, por haber hecho a un lado el estilo tradicional de esa izquierda de oposición a ultranza y rechazo de entrada a cualquier propuesta de gobierno, más allá de la conveniencia o necesidades del país.

Zambrano, también habría tenido que endurecer su actitud con el gobierno, y optar por sumarse a las denuncias sobre supuestas irregularidades cometidas por autoridades priistas durante la etapa de campañas del proceso electoral. Aunque ciertamente, con un poco más de moderación respecto de la estridencia de su colega panista.

Finalmente, la jornada transcurrió sin graves altercados, salvo en el estado de Veracruz. Como se había pronosticado, los tiempos del carro completo del PRI pertenecen a la historia. Una leyenda urbana que se aduce como verdad por algunos, sólo como medida de presión. Sobre este proceso, poco tendrían que alegar los dirigentes partidistas, pues los resultados no significaron mayor sorpresa. En términos generales, el PRI mantuvo su equilibrio, con pérdidas y ganancias. Si bien, perdió las capitales de los estados de Baja California, Puebla, Coahuila, Aguascalientes y Tlaxcala, salió triunfante en las ocho restantes. Asimismo, alcanzó la mayoría en 10 de los trece congresos locales.

Hasta el momento, pareciera que Acción Nacional se habría  alzado con la victoria para gobernador en Baja California, además de haber ganado las capitales estatales que perdió el PRI, y algunas plazas más. Para el PAN, el resultado de estos comicios, es quizás hasta mejor de lo que probablemente esperaban, tomando en consideración la zona sísmica por la que atraviesa. Y para Gustavo Madero, mejor imposible, porque recibió oxígeno para concluir su mandato sin sofocaciones, o al menos así parece.

La participación del PRD fue sin duda, la más discreta, por decirlo de alguna manera. Sus alianzas con el PAN le funcionaron para no perderse en el proceso, pero sus divisiones internas y, sobre todo, el surgimiento de Morena, le afectaron, y le causarán mayores dolores de cabeza en el futuro, si a la brevedad no se somete a una reconversión a fondo, pues su desmembramiento, es una amenaza real.

Ahora bien, creo que algo se tendrá que hacer para que los procesos electorales que, si bien, fortalecen nuestro sistema democrático, no se conviertan en un obstáculo para el ejercicio de gobierno al paralizar programas, inversiones y acciones en cumplimiento de una veda electoral decretada como medida de asepsia para bien de los procesos electorales.

Existen programas que no pueden suspenderse por ninguna razón, ya que esto causa graves perjuicios a los sectores de la población a los que están destinados. Y son precisamente los programas asistenciales que, por su sentido social no deberían interrumpirse, los que caen en los supuestos de la veda.

Desconozco si esta práctica se da en otros países, o es una exclusiva más de nuestra folklórica democracia que, con medidas extremas, pretende lavar culpas de los tiempos del partido aplanadora, el del carro completo, sólo que ahora sirve de chantaje a una oposición que ha encontrado, en esos pecados del pasado, una fórmula de presión para imponer condiciones.

Habría que reconocer que vivimos ya otros tiempos. Que el país ha cambiado y que la competitividad política y la alternancia son una realidad que llegó para quedarse. Que habría que apelar al cumplimiento de la ley y a la madurez política y sentido de responsabilidad de todos los actores participantes en los procesos electorales, y evitar disposiciones que sólo reiteran la obligación de cumplir con lo que ya ordenan las leyes.

Julio 10 de 2013

Primer proceso electoral

In Procesos Electorales on 3 julio, 2013 at 12:38 pm

El próximo domingo 7 se celebrarán elecciones en 14 estados de la República, (Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas), en los que se disputarán 141 diputaciones locales y 1348 presidencias municipales. El padrón electoral para estos comicios es de 30.5 millones de electores, equivalente al 37 por ciento del listado nacional que asciende a 81.7 millones de ciudadanos.

De los 14 estados, sólo en Baja California estará en juego la gubernatura del estado, además de sus alcaldías y diputaciones. En Hidalgo, únicamente se renovará el congreso local y, en Coahuila, sólo los ayuntamientos. En el resto de las entidades, la elección será tanto para diputados, como para alcaldes.

Éste es el primer proceso electoral del sexenio, y una prueba de fuego para todos los partidos. Bueno, principalmente para las tres fuerzas políticas mayoritarias: PRI, PAN y PRD. Algunas de las cuales andan por senderos sinuosos entre enfrentamientos internos y alianzas externas, difíciles de explicar. Y es que, en la lucha por el poder, tal parece que el fin justifica los medios, y en la búsqueda de posiciones, lo de menos es con quién se asocian los partidos, aunque el socio resulte un compañero ideológicamente incómodo.

Recordamos que en el sexenio pasado, el entonces partido en el poder, nos sorprendió con la celebración de alianzas con una de las fuerzas políticas que, en su momento, se negó a reconocer la legalidad de la elección presidencial y, consecuentemente, el triunfo del candidato panista. No por algo, hubo quien las calificara de “contra natura”. Pero dado el desgaste acumulado por el PAN, en su calidad de partido gobernante, y ante su incapacidad de resolver el acertijo del reposicionamiento político del PRI, el blanquiazul optó por ir en alianza electoral con el partido del Sol Azteca, como fórmula para derrotar al partido tricolor. La estrategia funcionó, al menos, en tres casos: Oaxaca, Puebla y Sinaloa.

En base a aquella experiencia, estos partidos decidieron, nuevamente, unir sus fuerzas, y registrar candidatos comunes en seis estados (Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala). Hubieran querido hacerlo en más, pero al no cumplir con los requisitos legales para obtener el registro oficial de su coalición, tuvieron que conformarse con otras tres alianzas, sólo que éstas de facto (Durango, Quintana Roo y Veracruz).

Resulta evidente que la joya de la corona en esta jornada electoral, es la gubernatura de Baja California, entidad que gobierna el PAN desde hace 24 años. Aunque también hay otras posiciones que interesan mucho, como son las 13 capitales estatales en disputa. De éstas, dos gobierna el PAN, en alianza con el PRD: Oaxaca y Puebla. El resto están bajo los colores del PRI.

De acuerdo a declaraciones del presidente del CEN panista, su meta es conservar las capitales que detentan y recuperar las que alguna vez gobernaron: Aguascalientes, Durango, Chihuahua, Mexicali y Tlaxcala. Por su parte, el PRI pretende aumentar sus posiciones, y en particular, obtener la única gubernatura en juego, lo que tendría un especial significado político.

En efecto, con este triunfo, el tricolor lograría revertir su revés electoral más antiguo (1989), arrebatándole al PAN uno de los dos bastiones que éste ha conservado, ininterrumpidamente, por más de dos décadas. El otro es el gobierno de Guanajuato, cuyo triunfo electoral data de 1991.

En esta elección, el papel de los demás partidos con registro es menos que modesto. El Verde Ecologista, para no hacerse bolas, se sumó en alianza con el PRI, en prácticamente todos los procesos. El Partido Nueva Alianza, por su parte, con el rumbo perdido, a partir del  eclipse de su líder y fundadora, busca su sobrevivencia apostándole al campeón. De esta manera, va en alianza con los partidos en el gobierno local, sin importar principios ni ideología. Con el PAN y PRD, en los estados en que éstos gobiernan (Baja California, Puebla y Sinaloa), y a su vez con el PRI, en donde éste detenta el poder local (Chihuahua, Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz).

El partido Movimiento Ciudadano, ensartado en el destino que le depare el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y con prácticamente nada que ofrecer, sigue el mismo pragmatismo ideológico de nuestra realidad política, y lo mismo hace alianzas con el PAN (Oaxaca), que con el PRI (Chihuahua).

Por último, el Partido del Trabajo, muy disminuido y a la espera de lo que decidan otros sobre su futuro político, participa aliado con el mismo sentido de congruencia ideológica que sus colegas. Con el PRI, donde se pueda (Baja California) y con el PAN donde lo acepten (Oaxaca y Sinaloa).

No sabemos que tanto le afecte, electoralmente, a Acción Nacional su sainete senatorial, que, por cierto, no tiene para cuando terminar. El PRD, independientemente de sus tradicionales divisiones internas, no parece estar en su mejor momento electoral. Por lo que toca al PRI, su posición no es muy cómoda. Si gana más de lo que ya controla, la crítica se le vendrá encima acusándolo de viejas mañas para lograr el carro completo. Se denunciará entonces, el retorno del viejo PRI autoritario. Y si sufre derrotas, se hablará de concertacesiones, de una Presidencia a la baja, de un gobierno débil. Total, como el cohetero.

Lo que es de lamentar es el grado de violencia generado en torno a la elección y la guerra de lodo que ha ambientado las campañas. Pocas propuestas a cambio de muchas denuncias, en base a rumores.

Habrá que ver en qué medida influya todo esto en el ánimo de los votantes.

Julio 3 de 2013

Jugar con fuego

In Temas Centrales on 23 mayo, 2012 at 12:24 pm

Todos con todo contra el puntero, porque el tiempo se acaba. Después de casi ocho semanas de campaña, el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, se mantiene a la cabeza en las preferencias electorales, según todas las encuestas publicadas hasta el momento. Ese lugar, cuya ventaja sobre sus contendientes, si bien ha menguado aunque nunca ha sido inferior de 20 puntos, la tiene el candidato tricolor desde el inicio del proceso electoral, por lo que sus competidores han tenido que ajustar sus estrategias para encontrar la fórmula que les permita acortar distancias.

Por lo pronto, la disputa está por el segundo lugar. La candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota inició en esa posición y se ha sostenido con altibajos. A pesar de los ajustes en su campaña y los golpes de timón, no ha logrado superar la barrera de los 29 puntos. Pareciera estar estancada entre los 24 y los 26 puntos. El caso del candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, es diferente. Entre la campaña del México amoroso y su vuelta al pasado, ha mantenido una tendencia ascendente, logrando remontar su posicionamiento entre las preferencias hasta empatar o casi, en el segundo lugar a la candidata panista.

Pienso que será cosa de días para que finalmente se defina el segundo lugar, en términos de los estudios de opinión. Por lo pronto, como lo comentábamos la semana pasada, estos dos candidatos siguen con la estrategia de golpear al puntero, sin que entre ellos exista la más mínima crítica. Curiosa circunstancia, porque perteneciendo, uno a la oposición y la otra al partido en el gobierno,   comparten cuestionamientos como si ambos fueran oposición y el objetivo fuera sacar al PRI de Los Pinos, en lugar de evitar su retorno. Y es que se insiste en destacar todo lo negativo de los gobiernos del pasado, aunque habría que recordar que desde hace doce años el PRI no gobierna al país y hace quince, que perdió el gobierno del Distrito Federal.

Por lo pronto, los equipos de campaña están echando toda la carne al asador, y el incidente de lo ocurrido al candidato tricolor en la Universidad Iberoamericana durante su visita a ese plantel, les ha dado parque a unos.

La expresión de rechazo de un grupo de estudiantes de esa institución hacia el abanderado priista, era casi previsible. Hacía sólo unas semanas que el candidato de las izquierdas había tenido un buen recibimiento de parte de los alumnos de la Ibero. Los estudiantes, al menos los de mayores inquietudes políticas, habían manifestado ya entonces sus preferencias y, seguramente, fueron los mismos que repudiaron la presencia del candidato de la coalición Compromiso por México, con expresiones que, ciertamente, cayeron en el exceso.

Pero bueno, son riesgos de campaña a los que están expuestos quienes están en el juego de la política. Es la disputa por el poder, y en eso no hay tregua ni cuartel. El suceso con los estudiantes de la Ibero provocó reacciones entre un sector que, hasta entonces, no se había manifestado en el proceso electoral, al menos no de una manera expresa como ahora.

No se si las diferentes reacciones por aquel incidente hicieron que, de repente, se despertara el interés de los estudiantes por participar en este proceso, o si, aprovechando la circunstancia, hubo una mano que meció la cuna. El hecho es que en estos últimos días los jóvenes han tomado la calle, para expresarse. Y que bueno que lo hagan, sin manipulaciones de por medio, como ellos lo afirman, demandando respuestas y soluciones a los candidatos presidenciales, y formulando propuestas.

Pero importa mucho que todo esto se haga con un ánimo propositivo, en un ambiente de madurez y de manera pacífica. Tomar partido es importante, y hacer proselitismo en favor del candidato de sus preferencias es perfectamente válido, lo que resulta delicado es crear un ambiente de enfrentamiento, de polarización, de descalificativos, de intolerancia en contra de quien no piense igual.

Una manifestación en contra de un candidato poco aporta al fortalecimiento de nuestro sistema democrático. La del sábado en contra del PRI y de su candidato, fue convocada a través de las redes sociales con la participación de jóvenes que se encargaron de enfatizar el carácter apartidista del movimiento. Sin embargo, también quedó claro que una movilización así puede ser fácilmente víctima de infiltraciones de grupos con otro tipo de intereses, con los riesgos que esto implica.

Los candidatos deben convocar a los ciudadanos a sumarse a su causa, a buscar su respaldo, a solicitar su voto, a tratar de convencerlos de sus planes y programas de gobierno. Esto es, a sumar electores. Lo que no creo conveniente, es hacer campañas negativas, llamados para manifestarse en contra de algún candidato, particularmente cuando la audiencia convocada son los jóvenes, estudiantes o no.

Los jóvenes constituyen un sector muy atractivo para cualquier candidato. Según datos del IFE representan 14 millones de votos potenciales. Así de importante es su apoyo. Se entiende el interés en atraerlos, pero no sembrando odios, porque eso es jugar con fuego.

Mayo 23 de 2012.

Numeralía Electoral 2012

In Temas Centrales on 25 abril, 2012 at 12:34 pm

En la jornada electoral que nos ocupa, se elegirán presidente de la República, 500 diputados federales (300 de mayoría relativa y 200 de representación proporcional), 128 senadores (64 de mayoría, 32 por el principio de primera minoría y 32 plurinominales), seis gobernadores y un Jefe de Gobierno, y diputados locales, alcaldes y jefes delegacionales en 15 entidades federativas.

Éste será el proceso con mayor número de cargos de elección popular en disputa, 2,124, como consecuencia de la reforma planteada para empatar las fechas de las elecciones locales con las federales. Proceso que avanza con el ajuste de los calendarios electorales de los estados.

Siete partidos políticos participan en estos comicios: PRI, PAN, PRD, PVEM, PT, Movimiento Ciudadano y PANAL. Unos por su cuenta y otros a través de  alianzas, total o parciales. Es el caso de los tres partidos de izquierda que formaron la Coalición Movimiento Progresista, y del tricolor, que junto con el Verde Ecologista, integran la alianza Compromiso por México. Los otros dos partidos, Acción Nacional y Nueva Alianza, participan solos, al menos en el caso de los candidatos presidenciales.

Aunque ya en el pasado ha habido candidatas para contender por la presidencia de la República, esta es la primera ocasión que una de las tres fuerzas políticas más importantes del país postula a una mujer para ese cargo, con el agregado de que esa fuerza política representa al partido en el poder.

Durante los tiempos de campaña, los partidos políticos tienen como prerrogativa, en conjunto, 41 minutos diarios en cada estación de radio y canal de televisión, para la transmisión de sus mensajes, mientras que las autoridades electorales cuentan con 7 minutos. Esto se traduce en la transmisión de 19 millones de spots durante los noventa días de campaña. La distribución de los tiempos de radio y televisión, convertidos a número de mensajes, se hace de acuerdo al criterio indicado en el artículo 56 del COFIPE. Este precepto señala que el 30 por ciento del total se repartirá en forma igualitaria y el 70 por ciento por ciento restante, en proporción al porcentaje de votos obtenidos por cada partido político en la elección para diputados federales inmediata anterior, en el caso, la de 2009.

Esto explica la razón por la que los mensajes del PRI se escuchan con mayor frecuencia, pues en la elección federal de 2009 este partido obtuvo una copiosa votación, lo que le da derecho ahora a disponer de mayores tiempos en medios electrónicos, a diferencia del partido del Sol Azteca y sus aliados, que en aquellos comicios sufrieron un desplome electoral que los relegó, como fuerza política, hasta un tercer lugar. Ahora padecen las consecuencias de aquella baja votación.

Durante el período de la campaña, se realiza un monitoreo a 493 noticieros de radio y televisión en todo el país. La verificación está a cargo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, a través de 200 estudiantes, y los resultados se publican semanalmente en la página de internet del IFE.

El padrón electoral de referencia para esta elección asciende a 84 millones 672 mil ciudadanos. La lista nominal es de 79 millones 571 mil ciudadanos con credencial para votar. En los últimos tres años y medio, el IFE logró la sustitución de 16.5 millones de credenciales “03”.

Diez estados de la República concentran el 60 por ciento del total de electores, con 47.9 millones de ciudadanos. La joya de la corona, por ser el de la lista nominal más alta, es el Estado de México, con 10.3 millones, de potenciales electores. Le siguen el Distrito Federal, con 7.2 millones, Veracruz con 5.3 millones, Jalisco con 5.2 millones, Puebla con 3.9 millones, Guanajuato con 3.8 millones, Nuevo León con 3.3 millones, Michoacán con 3.1 millones, Chiapas con 3 millones y Oaxaca con 2.5 millones de posibles votantes.

El análisis de la distribución del poder en estas diez entidades resulta interesante, pues muestra un buen equilibrio. Y es que el gobierno de estos estados está repartido casi de manera equitativa entre los tres principales partidos políticos, PRI, PAN y PRD. En efecto, cuatro están bajo los colores del revolucionario institucional (Edo. de México, Veracruz, Michoacán y Nuevo León), cinco están gobernados por Acción Nacional (Jalisco y Guanajuato, y en coalición con el PRD, Chiapas, Puebla y Oaxaca) y cuatro por el PRD (el Distrito Federal, y en coalición con el PAN, Chiapas, Puebla y Oaxaca).

Aquí la salvedad está en que tres casos tienen gobiernos de coalición, o al menos ésta se dio como alianza electoral. En la práctica parecería que en Chiapas y Puebla, los gobernadores se inclinan más por el PAN, mientras que el de Oaxaca por su militancia en el Movimiento Ciudadano, antes Partido Convergencia, estaría más cercano al PRD.

Hasta aquí, algunos datos de interés sobre el proceso electoral en curso.

Abril 25 de 2012

¿El amor es una cosa esplendorosa?

In Temas Centrales on 11 abril, 2012 at 12:07 pm

El candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), lucha por mejorar su posicionamiento en las preferencias electorales. Desde que se definieron los candidatos de los tres principales partidos políticos, PRI, PAN y PRD, las encuestas han mostrado al candidato de las izquierdas en una tercera posición, por debajo de Josefina Vázquez Mota, la candidata del blanquiazul, con una diferencia que, si bien es cierto, ha venido reduciendo.

Lo anterior, a pesar de que López Obrador lo ha intentado prácticamente todo. En un principio, desde que surgió como candidato de unidad del partido del Sol Azteca, decidió dar a conocer, a cuenta gotas, los nombres de los personajes que habrían de integrar su gabinete, en caso de llegar a triunfar en las elecciones. Una novedosa estrategia, con la que pretendía reforzar su aspiración mostrando, con mucha anticipación, demasiada quizás, un equipo de trabajo conformado por distinguidos profesionistas, como garantía de un buen ejercicio de gobierno. La estrategia no tuvo los resultados esperados. Los nombramientos anticipados no lograron motivar a los encuestados, al menos no lo reflejaron en sus opiniones.

Pero sin duda la estrategia más audaz intentada por este candidato, y que tiene intrigado a más de un ciudadano, es la del cambio de discurso, que ciertamente significa una transformación de su personalidad, al menos de la que le conocíamos, hace ya más de 11 años, cuando ocupaba la Jefatura de Gobierno del D.F.

El López Obrador de la campaña de 2006 era otro del que ahora ofrece su mano franca. Pero no sólo el de entonces, pues a lo largo de los últimos cinco años, y hasta antes de que iniciara el proceso electoral actual, el candidato de las izquierdas estaba muy lejos de la república del amor, ya que andaba muy ocupado recorriendo todo el país, en largas e incansables giras, llevando un discurso crítico, agresivo y descalificador en contra del gobierno, del titular del ejecutivo, al que no dejaba de llamar espurio y pelele, de los empresarios, de los medios de comunicación y de todo aquél que no comulgara con sus ideas.

Supongo que a estas alturas, el político tabasqueño estará arrepentido de sus excesos, que no fueron pocos, y que difícilmente podrían olvidarse en unos meses de campaña con la prédica de la reconciliación y el perdón.

Quizás uno de los errores que más está pesando en su contra sea el plantón de Reforma, en la capital del país. Una acción que fue más allá de una simple manifestación para afectar la libertad de tránsito, al convertirse en un verdadero desastre económico y laboral para comercios, oficinas, restaurantes y hoteles de la zona, que muchos tuvieron que cerrar, dejando gente en el desempleo.

El plantón logró su cometido de gran impacto, lo que permitió que se conociera, en todo el país y en algunos lugares del extranjero, la inconformidad del candidato perdidoso y su rechazo al resultado de la elección presidencial. Pero lo que entonces constituyó una conveniente difusión para su causa, resulta que ahora opera en contra de sus propósitos de campaña electoral, pues una gran sector de la población que no estuvo de acuerdo con ese plantón y desaprobaron su actitud, lo recuerdan todavía y les resulta difícil aceptar ese repentino cambio del odio al amor.

La popularidad de AMLO sufrió un considerable desgaste, que el propio personaje se encargó de alimentar, a lo largo y ancho del país, con su insistente denuncia de un fraude electoral no documentado y un permanente discurso de descalificación personal al Presidente Felipe Calderón. Y en esto no especulamos. Después de estar en campaña durante casi seis años, y tras haber logrado una muy elevada votación en 2006, el desplome en las encuestas que lo mantienen en tercer lugar sólo se entiende por el rechazo a sus errores de actitud y estrategia.

Quizás esto explique lo de la república del amor. Y bueno, si así fuera, estaríamos hablando, más que de la conversión del político en un buen samaritano, de una simple estrategia de control de daños, urgente y necesaria, ante la evidente pérdida de popularidad.

Y es que, tanto repentino amor, reconciliación, perdón y mano franca como mensaje central de campaña, no deja de ser “sospechosista”.

Abril 11 de 2012

Interpretar con criterio

In Elección Federal 2012 on 5 octubre, 2011 at 3:09 pm

Preocupante, por decir lo menos, lo que está pasando con la autoridad electoral. Entre diferendos internos, resoluciones cuestionables, circulares polémicas, una estructura incompleta, varios frentes abiertos y una ley que no ayuda, la autoridad a la que le corresponde regular y supervisar la elección federal de 2012, se encuentra ya en el ojo del huracán, o casi.

Lo delicado del tema es que esto suceda cuando, conforme a los tiempos de ley, el proceso todavía no comience, aunque de facto haya arrancado desde hace un buen rato, y si no que se lo pregunten a los aspirantes presidenciales Andrés Manuel López Obrador o Santiago Creel, que tienen ya varios meses recorriendo el país en franca campaña proselitista. Lee el resto de esta entrada »