Miguel Tirado Rasso

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La corrupción y los compromisos

In Partidos Políticos on 31 julio, 2013 at 12:26 pm

Difícil la tiene el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, ante la ola de denuncias que se han presentado por actos de corrupción en varias delegaciones de la capital. En particular, tres son las delegaciones en donde el escándalo por las extorsiones cometidas por funcionarios capitalinos ha llegado al grado de obligar a los malos servidores públicos a renunciar a sus cargos.

Habría que decir, no obstante, que esos casos de renuncias han sido la excepción, pues la regla es que, a pesar de las acusaciones formuladas, los actores continúen, inexplicablemente, en sus puestos, dando lugar a que nuestra imaginación vuele a cualquier nivel de sospechosismo, ante tal impunidad.

De los casos en donde se llega a sancionar a los acusados, ni hablar, ya que si los ceses son excepcionales, los de los que son llevados a juicio para aplicarles la ley, son todavía más escasos. Y es que las redes de protección que los envuelven, son tan efectivas y poderosas que resulta muy difícil la eliminación de los funcionarios corruptos.

Las delegaciones de Coyoacán, Tlalpan y Cuauhtémoc, son las tres demarcaciones que en las últimas semanas han ocupado la atención de los medios, y no precisamente por el buen desempeño de sus autoridades. En cada una de estas regiones, las denuncias ciudadanas y el seguimiento mediático, han obligado, en algunos casos más que en otros, a que por lo menos se abra una investigación sobre los hechos denunciados.

Curiosamente en estas tres delegaciones los funcionarios que las encabezan pertenecen a la misma corriente perredista, la Izquierda Democrática Nacional (IDN), cuyo líder es el profesor René Bejarano, de triste memoria, ahora ya plenamente rehabilitado. Por los servicios prestados, sus antecedentes y por las redes sociales que controla en esta ciudad, este personaje se ha convertido en factor incómodo, pero indispensable en tiempos electorales, para el Partido de la Revolución Democrática, pero quizás más para quienes aspiran al poder en la capital del país, pues es sabido que el profesor Bejarano presta sus servicios a quien mejor le conviene, en un determinado momento.

En el caso de la pasada elección para Jefe de Gobierno de esta ciudad, desde la elección interna para el candidato del PRD, el profesor Bejarano consideró que Miguel Ángel Mancera resultaba ser un prospecto exitoso, frente a los aspirantes perredistas que no parecían poder superar a la candidata postulada por el PRI, Beatriz Paredes.

Así que, no obstante que el precandidato Mancera no pertenecía a ninguna corriente del PRD, René Bejarano apostó al triunfo del ex procurador capitalino, previos acuerdos sobre algunas posiciones en el gobierno para miembros de su corriente, la IDN, en el caso de triunfar en la elección.

Y aquí es en donde se unen las dos historias que dan tema al comentario que nos ocupa. Por el sistema de cuotas, que constituye una práctica común en la política, el que gana una elección conviene con quienes han contribuido a su triunfo, la asignación de algunas posiciones. Puestos de mando en los que colocan a la gente de sus grupos.

Esta práctica no tendría nada de excepcional, si quienes ocupan esas posiciones tuvieran la capacidad y preparación para el buen desempeño de los cargos públicos. El problema está en que no siempre, quienes llegan a los puestos, son los idóneos para ejercerlos, pero peor aún, cuando se trata de sujetos que ven en esto una oportunidad para resolver su presente y su futuro económico.

Maricela Contreras, Mauricio Toledo y Alejandro Fernández son los delegados de Tlalpan, Coyoacán y Cuauhtémoc, respectivamente, que resultaron beneficiados con esas negociaciones políticas y que no parecen haber protestado cumplir con la Constitución y con las obligaciones derivadas del cargo que asumieron, porque a pesar de haberse acreditado los actos de extorsión cometidos por sus colaboradores, su resistencia para someterlos a investigación es inexplicable.

En el caso de la delegación de Tlalpan, finalmente el Director Jurídico  tuvo que renunciar ante la evidencia de los cargos presentados por restauranteros a quienes se les exigía una cuota mensual para poder continuar trabajando, so pena de clausurar sus establecimientos en caso de no acceder a los pagos. En Coyoacán, también los malos funcionarios exigían pagos a un empresario para poder autorizarle a abrir una gasolinera sin la documentación en regla, sólo que la ambición de estos corruptos funcionarios los perdió al exigir una suma mayor a la que ya había acordado, y esto dio lugar a la denuncia.

En la Delegación Cuauhtémoc, además de las múltiples quejas por actos de corrupción formuladas por los dueños de restaurantes y bares que inundan esa demarcación, sin que la autoridad haga nada por investigarlas, ahora son los miembros de la Unión de Expendedores y Voceadores de Periódicos de México quienes denuncian el cobro de una cuota semanal de 200 pesos que les exigen las autoridades de esa delegación para permitirles trabajar, bajo la amenaza de retirarles sus puestos en las inmediaciones del Metro Revolución, en caso de no hacerlo.

Lamentable la corrupción que invade a una de las ciudades más pobladas del orbe, y titánico el esfuerzo que debe hacer el Jefe de Gobierno para limpiar la capital de esta lacra, sobre todo si en su agenda está el de crecer políticamente para un futuro mejor. No es posible que por compromisos políticos se tolere la actuación de delincuentes. Nuestro país merece una mejor actitud de parte de nuestros funcionarios.

Julio 31 de 2013.

En la Capital ¿fuego amigo?

In Política on 12 junio, 2013 at 1:55 pm

El problema de las adicciones en el país se agrava al mismo ritmo que el de la inseguridad. Con esto, no estaríamos afirmando que entre ambos exista necesariamente una relación de causa efecto, aunque ciertamente tampoco podríamos considerarlos desligados del todo. Porque la crisis de inseguridad que ha sacudido al país en los últimos años, al menos en lo que a pérdida de vidas se refiere, está ligada con la guerra declarada por el anterior gobierno a los cárteles de la droga, con muy cuestionables resultados.

Según estudios del Instituto de Atención y Prevención de Adicciones (IAPA), en la década pasada, el consumo de drogas ilegales en el país se duplicó al pasar de 0.8 por ciento a 1.5 por ciento entre personas áreas urbanas sube a 2.9 por ciento. Por regiones, la zona norte de la República muestra los índices más elevados con un 50 por ciento sobre la media nacional. Y son los estados de Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí quienes reportan los registros más altos con 3.1 por ciento.

En el caso de la ciudad de México, conforme a lo declarado por el Director del IAPA, en octubre del año pasado, el consumo de drogas legales e ilegales es superior al del promedio nacional. Según sus propias palabras “no somos la peor entidad en ninguna de las sustancias, pero estamos por arriba del promedio, en todas ellas”. En esta capital, más de medio millón de personas consumen drogas ilegales como marihuana, cocaína, metanfetaminas y drogas sintéticas.

Con un mercado tan atractivo, es difícil imaginar que en el Distrito Federal no opere ningún cártel, como insistentemente lo ha afirmado el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera. Entonces, cabría suponer la existencia de acuerdos entre grandes capos del crimen organizado para ingresar la droga en la capital, sin estridencias, por el bien de ellos y, sobre todo, del negocio.

Según reportes de 2011, al menos seis cárteles operaban en la ciudad de México: el de Sinaloa, los Zetas, los Beltrán Leyva, el de Juárez, la Familia Michoacana y hasta una célula de los Mara Salvatrucha. Creíble, por la magnitud del mercado, pero dado que aquí no se conocen enfrentamientos entre estos grupos, como los que acostumbran en otras regiones del país, sólo cabrían dos posibilidades: aceptar la afirmación del Jefe de Gobierno capitalino de que aquí no opera ningún cártel o bien, considerar la hipótesis de la existencia de pactos de no agresión entre los principales capos, lo que no significaría que no operen en este lugar.

Y es que, como alguien tiene que abastecer el mercado, operación que supera las capacidades de los narcomenudistas, y el volumen de consumo da para muchos, resulta más conveniente y redituable, para los intereses de los grandes capos, alcanzar acuerdos para introducir la droga en la ciudad, sin problemas, que librar una guerra entre cárteles para tratar de ser el único proveedor de la plaza. Suponemos que éste sea el caso, pues sólo así se explicaría el sigiloso y creciente arribo de droga para su distribución en esta plaza, según los indicadores de incremento en el consumo.

Estos acuerdos, al fin de cuentas, supondrían una forma de operación de los cárteles en la ciudad capital, pues es su producto el que se está comercializando, además de la supervisión que seguramente ejercen para vigilar el cumplimiento de los compromisos. Lo que es evidente es la disputa por el control de zonas y puntos de distribución en la plaza, aunque, eso sí, sólo ocurra entre traficantes al menudeo.

La violencia que se ha suscitado en esta ciudad en las últimas semanas, y que aparecen como disputas entre grupos de traficantes de drogas, da lugar también a especulaciones de otra índole. Se habla de choques entre bandas de delincuentes a las que se les ha perdido el control, de una manera intencionada para poner en jaque al gobierno de la ciudad capital.

Fuego amigo de algunos personajes del partido en el poder capitalino que no repararían en utilizar cualquier medio para recuperar posiciones. Al fin de cuentas, con tantos años en el gobierno del Distrito Federal, han logrado cooptar toda clase de grupos, que les prestan los más variados servicios. Podría tratarse entonces, del cobro de facturas ante los recientes descalabros sufridos por ciertos grupos en la renovación de las dirigencias de la Asamblea de Representantes y del Comité Ejecutivo Estatal del Partido de la Revolución Democrática en el Distrito Federal. Posiciones que ahora controla el Jefe de Gobierno, para desgracia de algunos perredistas.

Claro está que todo esto es una mera especulación. Aunque ya sabemos cómo se las gastan algunas tribus de ese partido.

Junio 12 de 2013.