Miguel Tirado Rasso

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PRI y PAN y el cambio de timonel

In Temas Centrales on 1 julio, 2015 at 8:18 pm

Concluidas las elecciones del pasado domingo siete, o casi, porque la post temporada electoral, como era de prever, todavía nos mantendrá un tanto atentos por algunos casos impugnados por parte de quienes se niegan a morir en el intento, toca a las dos principales fuerzas políticas del país, según los resultados de esta elección, PRI y PAN, preparar la renovación de sus dirigencias.

Tema delicado y muy sensible, y mire usted si no, pues quienes vayan a presidir estos institutos tendrán mucho que ver en el proceso preparatorio de la sucesión presidencial, lo que implica un intenso trabajo político a lo largo y ancho del país, determinante para crear el ambiente y las condiciones más favorables para la causa de su partido. Porque la joya de la corona de nuestros procesos electorales requiere mejorar la triste impresión que dejaron las campañas del pasado proceso.

PRI y PAN tienen el tiempo contado para procesar estos cambios, por lo que las decisiones con ese objetivo deberán tomarlas a la brevedad, y esto significa, a más tardar, en el próximo mes de agosto. En el caso del tricolor, su actual líder, César Camacho, protestará como diputado de la LXlll legislatura el primero de septiembre, y como todo apunta a que sea él quien asuma el liderazgo de su bancada en la Cámara, y esta responsabilidad es de tiempo completo, tendrá que dejar su cargo en el partido, antes de ese mes.

La definición de su sucesor, tiene sus complicaciones, y no precisamente porque no haya quién, sino por el contrario, porque el que pareciera indiscutible, y así lo perciben no pocos, algunos de quienes tiene opinión, le ven sus asegunes, y de ahí la incertidumbre sobre el futuro mediato del tricolor.

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El presidente del blanquiazul, Gustavo Madero, está en las mismas condiciones de su homólogo priista, sólo que en su caso hay mar de fondo. Como a Madero le gusta jugar de hombre equipo, y siguiendo una estrategia que, hasta la fecha le ha dado resultado en su proyecto político personal, tiene que armar una jugada que le permita dejar sucesor en el partido para que éste lo designe como líder de su grupo parlamentario en la Cámara y, desde esa posición, se le facilite el camino para la candidatura presidencial de su partido que, en la misma proporción que lo niega, la desea.

Lo que mucho nos recuerda a aquel personaje que insistía que lo dieran por muerto en relación a sus aspiraciones presidenciales, hace ya más de 10 años y que, desde entonces y hasta la fecha, no ceja en su obsesión por la silla presidencial.

El líder blanquiazul preparó bien el terreno precisamente para estos momentos políticos. Tiene el control sobre la Comisión Permanente del Consejo Nacional panista, por lo que, aún a pesar de los malos resultados obtenidos en la pasada elección, los peores números desde hace 18 años, por cierto (el más bajo porcentaje de votos, el menor número de diputados y la pérdida de 1,3 millones de votos respecto de la elección de 2009), Madero salió bien librado en la evaluación sobre este proceso, al reiterarle los comisionados su solidaridad y apoyo. Algo tendría que ver el hecho de que, de los 40 comisionados del Consejo, 38 son maderistas.

El dirigente panista propuso adelantar el proceso de renovación de la presidencia, para que en agosto el partido cuente con el nuevo líder que deberá operar su designación como coordinador de los diputados blanquiazules, para de ahí dar el gran salto a lo que es la motivación de su juego político. Sin embargo, para lograr esto último, Madero deberá librar algunos obstáculos. El primero, el descontento de muchos, por los malos resultados de la elección y por su manejo autoritario y excluyente del partido.

El otro, no menor, es el ex presidente Felipe Calderón, su esposa Margarita Zavala y quién o quiénes también se animen para la silla grande, como el gobernador poblano, Rafael Moreno Valle, por ejemplo. Y es que, de lo que se trata es de detener el tren maderista que, hasta el momento, ha recorrido, sin graves percances, el camino trazado en su estrategia hacia el 2018.

Madero debería verse en el espejo de sus colegas perredistas, los Chuchos, que en su afán por secuestrar al PRD para mantener un control absoluto, se están quedando solos, eso sí, con el partido, pero cada vez con menos militantes y pocas figuras destacadas. Con el puro cascarón, pues.

Junio 18 de 2015

La reforma energética

In Partidos Políticos on 21 agosto, 2013 at 12:28 pm

La propuesta de reforma energética presentada por el ejecutivo federal, pegó justo en el blanco. Y es que, no bien se había hecho el anuncio, cuando ya había reacciones en contra del proyecto, aun sin mucho conocimiento de su contenido, en una lógica de oposición a rajatabla.

En efecto, si para unos la iniciativa presidencial “se quedó corta, en los mínimos”, según declaraciones del presidente del blanquiazul, Gustavo Madero, que consideró el proyecto hecho a la defensiva, otros la vieron exactamente al revés, tachándola del “robo del siglo,” atentatoria contra el país y para beneficio de una pequeña minoría, de acuerdo con la interpretación del líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador.

El tema de los hidrocarburos de la Nación es sensible y polémico, y da para todo. Es un buen pretexto para que algunos personajes se envuelvan en la bandera nacional y se lancen en contra de quien se atreva a proponer algún cambio al marco regulatorio del petróleo, aún y cuando, paradójicamente, coincidan en la necesidad de revisar el manejo de esta industria. Porque, además de todo, el tema resulta ser muy rentable, políticamente.

Y es que, en esta materia, la razón política se impone sobre los intereses de la nación, y qué mejor ejemplo, que las contradictorias interpretaciones y los calificativos aplicados a la propuesta del ejecutivo federal, que lo mismo la ven insuficiente y tibia, o como una auténtica traición a la patria, según sea la posición política del declarante.

Decimos que la reforma que propone el primer mandatario pegó en el blanco, porque había que encontrar el justo medio con un planteamiento que invitara al diálogo, evitara la polarización de enfoques, de ser posible, y permitiera sentar a la mesa de discusión a los representantes de las diferentes fuerzas políticas, para dar paso al análisis de sus proyectos de reforma, en un marco institucional.

Por lo pronto, los dos partidos de oposición mayoritarios, PAN y PRD, y el gobierno han presentado ya sus propuestas de reforma energética, con la coincidencia los tres, sobre la necesidad de hacer ajustes en nuestra industria petrolera, aunque con diferencias en cuanto al cómo y hasta dónde.

Las posiciones de Acción Nacional y del Sol Azteca se van a extremos opuestos. En medio podríamos colocar a la del gobierno federal. Quizás para algunos, esto sea una muestra de debilidad del proyecto del ejecutivo, pero habría que reconocer que nuestro nacionalismo petrolero, hace políticamente imposible cualquier intento de cirugía mayor en este terreno, por lo que el margen de maniobra es realmente reducido. Encontrar ese punto que permita lograr los cambios sin generar un linchamiento mediático y callejero, no es sencillo, y son varios los ejemplos de intentos fallidos, así que la experiencia recomendaba ser pragmático y realista en este tema.

La campaña en contra de la reforma del gobierno ya estaba en su apogeo desde antes de que se diera a conocer y, por supuesto, el fundador de Morena y sus seguidores, ya la habían condenado, tachándola de privatizadora. Y es que el mito de la privatización de nuestros hidrocarburos, resulta un tema muy efectivo y de impacto en el discurso político, así como las referencias al nacionalismo del general Lázaro Cárdenas.

Por ello, a muchos no les gustó que, para sustentar su proyecto de reforma, el Presidente Peña Nieto hubiera acudido al texto original del artículo 27 constitucional propuesto, precisamente, por el general Lázaro Cárdenas. Una buena estrategia del ejecutivo que les arrebató argumentos a sus opositores, y que, por lo menos, los obliga a entrar a la discusión.

Se vienen largas y difíciles jornadas en las que, esperemos, se puedan alcanzar los acuerdos necesarios para que la reforma energética se convierta en realidad. El país la necesita. El tema demanda seriedad en la discusión y análisis de fondo, y dejarse de discursos populistas y descalificativos sin argumentos, que sólo conducen a la división y al enfrentamiento.

Se dice que hay más posibilidades de lograr consensos entre el gobierno y el PAN, y que las bancadas de este partido y del PRI en el congreso, sumarían los votos suficientes para lograr la aprobación de la reforma. Quizás, pero lo ideal sería que el PRD  no se marginara y se pudiera conseguir una reforma en donde las tres principales fuerzas políticas estuvieran de acuerdo. Porque, podemos adelantar, que una parte de la izquierda, con Morena y su fundador por delante, harán todo lo posible por boicotear cualquier consenso, porque lo suyo no es el diálogo, la discusión ni el análisis, sino el rechazo y la cerrazón, los plantones y las manifestaciones. Al fin de cuentas, lo suyo es la calle.

Agosto 21 de 2013

Nuevos estatutos y más enfrentamientos

In Partidos Políticos on 14 agosto, 2013 at 12:33 pm

Terminó el impasse de la XVll Asamblea Nacional Extraordinaria del Partido Acción Nacional y, con ello, su presidente, Gustavo Madero, consiguió la aprobación, entre gritos y sombrerazos, de los ajustes estatutarios que consideró convenientes para su partido, en su nueva circunstancia, ahora en la oposición.

Y es que, cuando en el mes de marzo pasado, durante la celebración de esta XVll Asamblea Extraordinaria, en la que se analizaban cambios a 130 artículos de sus estatutos, el líder panista propuso otorgar a la base militante de su partido la facultad para elegir a sus dirigentes, quitándole este derecho al Consejo Nacional, de inmediato hubo una reacción en contra, por parte de prominentes panistas.

En aquella ocasión, el retiro de 14 delegaciones de 28 asistentes  rompió el quorum de la Asamblea, por lo que se tuvo que decretar la suspensión de los trabajos, cuando apenas se habían aprobado menos de la mitad de los artículos en análisis, y convocar a una nueva fecha, en la que se continuarían revisando los estatutos del partido, lo que, finalmente, sucedió el pasado sábado.

La polémica reforma, que alegaba la necesaria democratización de la elección de los dirigentes como su mejor argumento, llevaba jiribilla, pues en el fondo lo que buscaba Madero era quitarle a un pequeño grupo de notables la facultad para elegir al presidente y al secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, con lo que perderían el control del partido, y muchas otras cosas más.

La sensibilidad del panismo, después del naufragio electoral presidencial, y tras una campaña electoral plagada de golpes bajos, desencuentros, y no pocos errores involuntarios, algunos y otros provocados, estaba a flor de piel, y las fracturas internas se veían venir. Así que la lucha por el control de lo que quedaba del partido, entre dos grupos, no se hizo esperar. Por una parte, el grupo del presidente del partido, Gustavo Madero, y por la otra, el grupo identificado con el expresidente Felipe Calderón. La ex candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, ajena a ambos grupos, habría optado por hacer mutis, mantener con ellos una sana distancia, y esperar tiempos mejores.

Los desencuentros entre el líder Gustavo Madero y el senador Ernesto Cordero, identificado con el expresidente Calderón, son historia conocida, lo mismo que sus razones y sus propósitos. Este  enfrentamiento llevó al PAN a una crisis de pronóstico reservado. Aunque en momentos parece que las aguas se aquietan, gracias  a algunas negociaciones logradas en la sombrita.

Por lo pronto, el conflicto en la bancada de los senadores panistas se suaviza. Si bien, las partes en conflicto tendrán que resignarse a vivir con los golpes recibidos. El senador Cordero, sin la coordinación de su bancada, de la que fuera destituido por el presidente de su partido, aunque conservando el reconocimiento de sus pares y con un cierto liderazgo de facto. El senador, Jorge Luis Preciado, lo releva en el cargo, pero con una coordinación débil, y disminuida en funciones y facultades por las reformas estatutarias promovidas por el grupo de su antecesor.

La reanudación de la XVll Asamblea que amenazaba con una nueva tormenta entre los dos grupos, no decepcionó. Los gritos, empujones y conatos de riña, durante la votación de la propuesta de reformas, irónicamente denominada Proyecto de Estatutos Armonizados, revelaron que los intentos de conciliación entre estos grupos han resultado infructuosos.

Algo se negoció en el camino, sin embargo, y la cereza de estas reformas, la que le daba a la militancia la facultad para designar a los dirigentes del partido, se aprobó, pero un tanto descafeinada. Porque con la creación de la Comisión Permanente que asume algunas de las facultades del CEN, la cúpula del partido mantiene importantes funciones como la designación de candidatos, la decisión sobre alianzas electorales y la definición de la agenda política y la legislativa.

Con la presencia de 27 de 32 delegaciones y la participación de casi 5 mil delegados, se acordaron varios cambios a los estatutos de ese partido. Se crea, como ya lo mencionamos, la Comisión Permanente, integrada por 60 personas entre coordinadores parlamentarios, ex presidentes nacionales, jefes estatales y, en su caso, el Presidente y gobernadores del PAN, además de algunas designaciones del líder del partido y del Consejo Nacional. El Consejo Nacional ahora será electo por los militantes y no por la Asamblea Nacional. Se elimina la figura de adherentes, dejando únicamente la de militantes y simpatizantes, y desaparece la Comisión Nacional de Elecciones, entre otras reformas.

Habría que reconocerle a Gustavo Madero que, a pesar de las presiones internas y de sus vaivenes políticos, se sostiene al frente del PAN, hasta con aspiraciones, según su propio dicho, de repetir en el cargo. Si bien, no queda claro, todavía, cuál será el costo político de la aprobación de estas reformas sin ver, oír ni atender las voces de inconformidad y denuncias de fraude alegadas durante la agitada asamblea.

Pero sus preocupaciones no terminan. Ahora en la Cámara de Diputados se avecina otra disputa por una posición, con el grupo que lo asedia. Conforme al reglamento de la llamada cámara baja, corresponde al partido blanquiazul la presidencia de la Mesa Directiva durante el segundo año de la actual legislatura. Esto es, a partir del próximo primero de septiembre. Para el cargo, cada grupo tiene ya a su propio candidato: el presidente Madero promueve al diputado Ricardo Anaya Cortés, mientras que del lado de los afines al expresidente Calderón, el apoyo es para la legisladora Eufrosina Cruz Mendoza.

No tardará mucho en detonar esta nueva bomba parlamentaria, que habrá de poner a prueba, una vez más, las habilidades políticas del líder panista, que ahora más que nunca, está obligado a resolver sin dejar damnificados. O sea, de una mejor manera que como resolviera su problema en el Senado, pues un nuevo choque de fuerzas no sólo lo debilitará a él, sino que perjudicará, aún más, a su partido.

Agosto14 de 2013

Las oposiciones y su papel

In Partidos Políticos on 7 agosto, 2013 at 12:31 pm

Difícil definir el papel y la responsabilidad de las oposiciones en regímenes democráticos. ¿Cómo debe ser el desempeño de los partidos de oposición? ¿Deberán siempre disentir y rechazar toda propuesta, programa o plan que el gobierno proponga? ¿Será válido que, en casos de coincidencia de propósitos, se puedan sumar a las políticas gubernamentales, sin que esto signifique poner en riesgo su esencia opositora? Negociar con la autoridad, ¿significa abdicar a su posición? Qué intereses deben guiar sus acciones, los de la Nación a la que deben servir o los de sus principios como fuerza de oposición.

La reflexión viene al caso por la encrucijada en la que parecen  encontrarse los dos partidos políticos mayoritarios de oposición, PAN y PRD, sus dirigentes, militantes y otras figuras distinguidas, con motivo de la suscripción del Pacto por México. Un acuerdo que permitió, en principio, superar las diferencias entre las principales fuerzas políticas de nuestro país, tradicionalmente enfrentadas. En ocasiones, de manera irracional.

Y es que, habría que reconocer el sigiloso y fino trabajo político realizado, durante los meses posteriores a la fecha de la elección, por parte del Presidente electo y sus operadores, con los personajes claves de las oposiciones para lograr sentar, en la misma mesa, a la representación de quienes, apenas, unos pocos meses antes, habían estado enfrascados en una ruda lucha electoral.

El Pacto evitó que México se hundiera en un marasmo, por conflictos postelectorales, y que la mirada se enfocara hacia adelante, para buscar acuerdos sobre medidas benéficas para el país. Así, a diferencia de las dos últimas sucesiones presidenciales, en las que sufrimos meses de enfrentamientos, manifestaciones, denuncias y  reclamos estériles, antes y después de la toma de posesión del Jefe del Ejecutivo, en esta ocasión, el inicio de la nueva administración mostraba una imagen diferente, a pesar de los esfuerzos orquestados para desacreditarla.

Los dirigentes del PAN, Gustavo Madero, y del PRD, Jesús Zambrano, sin perder postura ni desconocer su carácter de oposición, encontraron en el Pacto una oportunidad para analizar y discutir con el Gobierno y su partido, el PRI, temas fundamentales para el desarrollo económico, social y político del país, así como para formular propuestas de solución a problemas nacionales. El foro resultaba útil, oportuno y adecuado para llevar en su seno ese diálogo indispensable para lograr acuerdos y poner fin al largo estancamiento que ha padecido nuestra Nación, debido, precisamente, a diferencias políticas. A una lucha desconsiderada por el poder.

Pero resultó que el éxito de este acuerdo, no convenía, de ninguna manera, al futuro político de algunos inquietos personajes, muy preocupados ya, desde ahora, por el 2018. Por lo que procedieron  maniobrar en contra de la operación de este mecanismo de concertación, censurando la participación de los dirigentes panista y perredista, calificándolos de sumisos y entreguistas. Pues, el fenómeno se dio, de igual manera, en los dos partidos. Y a partir de esto, y con la intención de no perder imagen ante su militancia, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, comenzaron a jugarle las contras al instrumento que ellos mismos suscribieron voluntariamente.

Ante las presiones internas en el seno de estas dos fuerzas políticas, originadas, más por la lucha por el control del partido, que por una actitud de responsabilidad con el desarrollo del país, los propios dirigentes no han dudado en poner en riesgo al propio Pacto, con tal de mantenerse en el cargo, por el poco tiempo que les queda.

El Acuerdo, ciertamente afectó el protagonismo de algunos grupos que, al sentirse excluidos en la aportación de fórmulas para desatorar al país, de inmediato procedieron a presionar para sacar de este foro los acuerdos para otras reformas de ley. Esto explica las amenazas y chantajes en contra del Acuerdo Nacional , que no son otra cosa que una estrategia para restarle importancia como mesa de acuerdos, y borrarlo del escenario político, pues al estar identificado con el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, sus éxitos se los endosan a su administración y, esto, les resulta políticamente inconveniente.

Todo país debe contar con una oposición fuerte y sólida. Es fundamental para mantener los equilibrios del poder, pero no creo que la función de la oposición sea oponerse a toda medida que provenga del gobierno, todo el tiempo, sin considerar si son o no benéficas para el país. Si las propuestas son positivas y contribuyen al desarrollo de la Nación, la suma de esfuerzos del gobierno con las oposiciones constituye la única fórmula para el despegue, pues la contribución de todos es fundamental. Lo contrario, el enfrentamiento permanente, sólo lleva al estancamiento. Eso ya lo vivimos.

Por eso llama la atención que después de todos estos años de desencuentros, que afectaron la evolución del país, haya quien siga encontrando en el rechazo y la negación su plataforma política. Recientemente, el líder moral del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena,  Andrés Manuel López Obrador, expuso lo que considera que debe ser el papel de una oposición.

Él afirma que se negó a firmar el Pacto “porque México necesita de oposición” y cuando a todos los cooptan ya no se tiene ninguna esperanza. Para López Obrador, no importan los contenidos ni los propósitos, ni menos sentarse a discutir problemas y propuestas. Hay que estar en contra como razón de ser, aunque eso paralice al país, porque la única vía posible es su propuesta.

Esta es la clase de oposición que no necesita ningún país, pues lejos de aportar, constituye un muro de contención que impide el ejercicio de gobierno. Negada al diálogo y menos a la negociación, que para ellos es sinónimo de entreguismo, parte del supuesto que su misión es llevar la contraria. Y con esa consigna enfrentará todas las reformas que proponga el gobierno. En particular la energética, en contra de la cual ya se frota las manos.

Agosto 7 de 2013.

Un proceso equitativo

In Procesos Electorales on 10 julio, 2013 at 12:46 pm

Para bien del país, finalmente concluyó la jornada electoral para la renovación de legislaturas locales y alcaldías en 14 entidades de la República y la gubernatura de un estado, el de Baja California. Jornada precedida de múltiples e insistentes denuncias, acusaciones, y quejas formuladas un día sí y otro también, más como estrategia para descalificar los comicios por anticipado y fortalecer posiciones, que con la intención de corregir vicios en los procesos.

Y es que, en estas elecciones los presidentes de los dos partidos mayoritarios de oposición, PAN y PRD, se jugaban algo más que los triunfos o derrotas de sus candidatos, pues enfrentamientos internos y la metralla del fuego amigo, habían puesto en duda su actuación como dirigentes, cuestionando su liderazgo. Todo por su participación en el Pacto por México, que no gustó a cierto sector de sus correligionarios, que los tacharon de colaboracionistas y de no asumir un papel más radical, como partido de oposición.

El presidente del PAN, Gustavo Madero entendió que debía endurecer su posición en contra del PRI, como medida de salvación de su cargo. Así vimos que el volumen de sus reclamos sobre supuestas maniobras de mandatarios priistas en las campañas, coincidía con la intensidad de su conflicto con los senadores de su partido.

Para curarse en salud, y en preparación de cómo pudiera resultar la elección para su partido, en caso de derrotas, el presidente del PAN habría denunciado anticipadamente una serie de irregularidades, que le servirían de antecedente para, en su momento, reclamar la descalificación de los comicios. Claro está que, en caso de triunfos, ni para que recordar los reclamos.

Algo parecido a esta circunstancia es lo que vivió el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, ya que algunos grupos de su partido y miembros de la izquierda a la mexicana, también habrían expresado su inconformidad por su colaboración en el Pacto por México pero, sobre todo, por haber hecho a un lado el estilo tradicional de esa izquierda de oposición a ultranza y rechazo de entrada a cualquier propuesta de gobierno, más allá de la conveniencia o necesidades del país.

Zambrano, también habría tenido que endurecer su actitud con el gobierno, y optar por sumarse a las denuncias sobre supuestas irregularidades cometidas por autoridades priistas durante la etapa de campañas del proceso electoral. Aunque ciertamente, con un poco más de moderación respecto de la estridencia de su colega panista.

Finalmente, la jornada transcurrió sin graves altercados, salvo en el estado de Veracruz. Como se había pronosticado, los tiempos del carro completo del PRI pertenecen a la historia. Una leyenda urbana que se aduce como verdad por algunos, sólo como medida de presión. Sobre este proceso, poco tendrían que alegar los dirigentes partidistas, pues los resultados no significaron mayor sorpresa. En términos generales, el PRI mantuvo su equilibrio, con pérdidas y ganancias. Si bien, perdió las capitales de los estados de Baja California, Puebla, Coahuila, Aguascalientes y Tlaxcala, salió triunfante en las ocho restantes. Asimismo, alcanzó la mayoría en 10 de los trece congresos locales.

Hasta el momento, pareciera que Acción Nacional se habría  alzado con la victoria para gobernador en Baja California, además de haber ganado las capitales estatales que perdió el PRI, y algunas plazas más. Para el PAN, el resultado de estos comicios, es quizás hasta mejor de lo que probablemente esperaban, tomando en consideración la zona sísmica por la que atraviesa. Y para Gustavo Madero, mejor imposible, porque recibió oxígeno para concluir su mandato sin sofocaciones, o al menos así parece.

La participación del PRD fue sin duda, la más discreta, por decirlo de alguna manera. Sus alianzas con el PAN le funcionaron para no perderse en el proceso, pero sus divisiones internas y, sobre todo, el surgimiento de Morena, le afectaron, y le causarán mayores dolores de cabeza en el futuro, si a la brevedad no se somete a una reconversión a fondo, pues su desmembramiento, es una amenaza real.

Ahora bien, creo que algo se tendrá que hacer para que los procesos electorales que, si bien, fortalecen nuestro sistema democrático, no se conviertan en un obstáculo para el ejercicio de gobierno al paralizar programas, inversiones y acciones en cumplimiento de una veda electoral decretada como medida de asepsia para bien de los procesos electorales.

Existen programas que no pueden suspenderse por ninguna razón, ya que esto causa graves perjuicios a los sectores de la población a los que están destinados. Y son precisamente los programas asistenciales que, por su sentido social no deberían interrumpirse, los que caen en los supuestos de la veda.

Desconozco si esta práctica se da en otros países, o es una exclusiva más de nuestra folklórica democracia que, con medidas extremas, pretende lavar culpas de los tiempos del partido aplanadora, el del carro completo, sólo que ahora sirve de chantaje a una oposición que ha encontrado, en esos pecados del pasado, una fórmula de presión para imponer condiciones.

Habría que reconocer que vivimos ya otros tiempos. Que el país ha cambiado y que la competitividad política y la alternancia son una realidad que llegó para quedarse. Que habría que apelar al cumplimiento de la ley y a la madurez política y sentido de responsabilidad de todos los actores participantes en los procesos electorales, y evitar disposiciones que sólo reiteran la obligación de cumplir con lo que ya ordenan las leyes.

Julio 10 de 2013

El PAN entre dimes y diretes

In Partidos Políticos on 19 junio, 2013 at 8:34 pm

A poco más de dos semanas de que se lleven a cabo las elecciones locales en 14 entidades de la República, el Partido Acción Nacional se encuentra literalmente perdido en su laberinto. Tras casi un año después del  descalabro electoral que los echó de Los Pinos, no han encontrado la fórmula para recomponer sus filas. Lejos de esto, la disputa por el control del partido, está planteando una crisis de la que tardarán en salir, si es que no surge pronto una figura conciliadora que logre unificar los criterios e intereses que, por el momento, parecen irreconciliables, y que lo están hundiendo.

Para colmo, las investigaciones por supuestos malos manejos de algunos gobernadores de éste, aunque también de otros partidos políticos, que recién dejaron sus cargos, causan controversia en el seno del blanquiazul. Y es que, pierden su arma favorita que era ondear la bandera de la honestidad como ejemplo de su desempeño, y que, según decían, los distinguía de la actuación corrupta de los funcionarios de otros partidos.

En Jalisco, Aguascalientes y Chiapas, tres entidades que llegaron a gobernar candidatos panistas, y que perdieron en la última elección, hay serias sospechas de corrupción que ha merecido la consignación de algunos ex funcionarios y la expedición de órdenes de aprehensión, como en el  caso del ex gobernador de Aguascalientes.

Y por si algo le faltara a este partido, hace unos días su joven alcaldesa en Monterrey, Nuevo León, causó polémica cuando en un acto, convocado por la Alianza de Pastores, entregó la capital regia a Jesucristo. Ante la ola de cuestionamientos y críticas generadas por este hecho que, para muchos, significa un golpe al Estado laico, dirigentes de Acción Nacional tuvieron que salir en defensa de su militante, quien ciertamente no actuó con mucho acato a la Constitución que juró respetar al tomar posesión de su cargo.

Por otro lado, en el estado de México, el coordinador de los diputados del PAN en el Congreso local, Ulises Ramírez, enfrenta acusaciones de enriquecimiento ilícito, pero no crea usted que éstas provienen de otros partidos. Las denuncias las han formulado miembros de su propio partido por la presunta venta de candidaturas a cargos de representación popular, a razón de un millón de pesos por caso.

A pesar de las denuncias, el diputado Ramírez se sostiene, gracias al apoyo que le brinda el presidente de su partido, Gustavo Madero, a pesar del costo político que esto le significa.

Pero quizás la circunstancia más delicada que está afectando la estabilidad del PAN, sigue siendo el enfrentamiento entre una parte de su bancada en el senado y la dirigencia de su instituto político. Habíamos comentado en otra ocasión, que las formas utilizadas por el presidente de Acción Nacional, para sustituir al coordinador de sus senadores, no habían sido las mejores ni la designación del sustituto, la más afortunada, y que las heridas causadas por esta decisión podrían agravarse, de no llevar a cabo una inmediata estrategia de cicatrización.

El cambio procedió, pero la rebelión no cedió, y en algo más parecido a un juego de vencidas, a las acciones del nuevo coordinador, Jorge Luis Preciado, surgen reacciones del grupo desplazado. Como en el caso de las sustituciones realizadas por el nuevo coordinador para armar su equipo de trabajo, y que su antecesor ha considerado como agresión, por lo que toma represalias.

En el enfrentamiento, unos a otros se lanzan acusaciones. En el fondo, además de la disputa por el control del poder, también está en juego el manejo discrecional de 204 millones de pesos. Recursos que le corresponden a la bancada panista, y que son una parte más de la manzana de la discordia en que se ha convertido esta coordinación. Los senadores maderistas piden ahora que se audite el ejercicio del gasto de esos recursos, durante la gestión de Ernesto Cordero, y veladamente sugieren que pudo existir desvío de recursos públicos.

En respuesta, los senadores afines a este último, contraatacan, y proponen reformas a los estatutos del grupo parlamentario, para quitarle al nuevo coordinador el control financiero, político y operativo. De lograr esto último, la toma de decisiones quedaría sujeta al voto de la mayoría. O lo que es lo mismo, del grupo de senadores calderonistas, toda vez que de los 38 senadores de la bancada blanquiazul, 22 apoyan a su antiguo coordinador.

Para justificar esta propuesta, afirman, que se trata de evitar la utilización de los recursos con fines personales o electorales, como por ejemplo en la campaña para la reelección de Gustavo Madero en la presidencia del partido. Pero también para acabar con decisiones de carácter unipersonal, y que sea la mayoría de los senadores panistas quienes determinen el rumbo en las relaciones con otros grupos parlamentarios y la suscripción de acuerdos.

Una propuesta de ejercicio democrático, que no está mal, siempre y cuando exista unidad en la bancada, pero en las circunstancias actuales constituye una trampa, porque más que un ánimo democrático, lo que se ve es la clara intención de conservar el control por parte de quienes perdieron la coordinación. 

La rebelión no amaina. El coordinador Preciado, afirma que él representa al presidente Madero, “porque él es el que debe coordinar al grupo”. Sólo que los otros no piensan igual y, en entrevista, el senador Ernesto Cordero afirma que su grupo constituye la mayoría, y que no supeditarán “la agenda legislativa de Acción Nacional a lo que el partido o el gobierno quiera”, porque ellos tienen su propia agenda.

Y entre dimes y diretes, Acción Nacional llega al primer proceso electoral del sexenio, con el rumbo perdido y un considerable desgaste. 

Un partido, repartido.

In Partidos Políticos on 22 mayo, 2013 at 11:56 am

Con la pérdida del poder, en diciembre de 2012, el Partido Acción Nacional parece haber perdido también la brújula, que mucho les ayudaría en estos tiempos difíciles de desorientación, angustia y enojo sentimientos que suelen seguir a las derrotas, para poder ubicarse ahora, dentro de las filas de la oposición.

El PAN le arrebató la banda presidencial al PRI, y durante doce años pasó a ser el partido en el gobierno, después de décadas de hacer política como partido de oposición, carácter, en el que generalmente tuvo un buen desempeño. Pero una vez en el poder, Acción Nacional resultó ser muy celoso de su autonomía, la que buscó preservar a costa de mantenerse a distancia del gobierno, lo que en más de una ocasión causó, políticamente, más problemas que ventajas al gobierno blanquiazul.

Y es que, si bien, en teoría, la sana distancia entre partido y gobierno luce muy conveniente, el pragmatismo político ha demostrado que para obtener los mejores resultados, uno y otro deben actuar de manera estrecha, apoyando el partido las políticas y acciones del gobierno y contribuyendo a sostenerlo en el poder. Al fin de cuentas, de eso trata la política.

Y así como en ocasiones al PAN se le dificultaba ubicar su posición en el contexto del poder, ahora parece no “hallarse” como oposición, y entre encuentros y desencuentros, este instituto camina sin rumbo definido. O al menos, esa es la impresión que da, porque lo que sucede en el blanquiazul es el reflejo de una sorda disputa por el control del partido entre quienes lo presiden ahora y el grupo afín al ex presidente Felipe Calderón.

Recordemos que la última renovación de la dirigencia de este partido, no resultó favorable a las pretensiones del ex presidente panista, pues su candidato a la dirigencia del CEN no llegó a finales, así que tuvo que apoyar a quien no era su propuesta, Gustavo Madero, justo en tiempos por demás delicados y estratégicos como son los de la sucesión presidencial. Así, las diferencias entre estos dos personajes, en el ocaso de la administración presidencial panista, eran de esperar.

Por eso, cuando Acción Nacional pierde la elección presidencial, no extrañó que surgieran voces demandando la cabeza de Gustavo Madero y, por momentos, éste se tambaleó. Pero con la firma del Pacto por México, la posición de Madero se fortaleció. Como líder de uno de los tres partidos políticos suscriptores del Pacto, su representatividad se revaloró, así como su posicionamiento político. Los reclamos de renuncia amainaron, para apostar al cambio de dirigente al término de su mandato, lo que ocurrirá a finales de este año.

Mientras tanto, los jaloneos entre las distintas fuerzas políticas panistas, no cesan. Y es que, con la derrota  en los comicios federales de 2012, surgieron diferendos, las posiciones se polarizaron y ocurrieron las fracturas.  Uno es el grupo con el control del partido, indudable poder político institucional, titular del instituto político con representatividad oficial y poder para suscribir pactos y compromisos, y  cabeza del panismo todo, cualquiera que éste sea.

El otro grupo es el que cuenta con representación legislativa. Tiene y muestra su músculo en el seno del congreso, principalmente en el Senado, desde donde dan la batalla, más en función de su interés de grupo, que en el de los electores. Porque desde esa esfera de poder, hacen política partidista y ejercen presión al presidente de su partido, a quien pretenden sustituir para poder aplicar una estrategia de oposición diferente, más de colisión y enfrentamiento que de diálogo y entendimiento, que privilegie los diferendos sobre las coincidencias.    No hay que olvidar que se trata de los herederos del ex presidente Calderón, a quien nada le puede gustar menos que el éxito de su sucesor.

El enfrentamiento entre el líder del PAN, Gustavo Madero, y el presidente del senado, Ernesto Cordero, que le costara a éste la coordinación de la bancada panista, no fue otra cosa que el reflejo de la disputa entre estos dos grupos, cuya visión respecto de la actitud que debe asumir su partido como oposición, es radicalmente distinta.

Unos porque no pueden dejar de ver con nostalgia la presidencia perdida, la oportunidad que se les fue. Por lo que, en la búsqueda de la revancha, no están dispuestos a facilitarle el camino al presidente tricolor. Para este grupo, la apuesta es al fracaso del actual gobierno.

Al otro grupo no le incomoda aportar y sumar, apoyar lo que mejore y proponer lo que convenga al interés nacional, y perfilarse como una oposición responsable y comprometida con el país, con independencia de las diferencias que puedan tener con el gobierno priista.

Hasta el momento, queda claro que esta actitud es la que ha permitido alcanzar los consensos necesarios para las reformas que demanda nuestra nación y que no pueden demorar ya más. Los tropiezos son los que han ocurrido precisamente por los cuestionamientos de quienes no quieren que el gobierno actual sume puntos, aunque esa actitud ponga en riesgo el futuro de México.