Está claro que los tiempos del inmovilismo institucional, son cosa del pasado. Aquella sentencia que pronunciara, el casi eterno líder cetemista, Fidel Velázquez, como advertencia para los políticos inquietos,” el que se mueve no sale en la foto”, se hizo obsoleta a partir de los tiempos de la transición, y un poco antes. Ahora la consigna pareciera ser: si no te mueves, quedas fuera de foco y, al amparo de esta nueva consigna, se están detonando algunos auto destapes.
Recordamos que fue Vicente Fox quien rompió con los tiempos y formas tradicionales, saliéndose del huacal de la dirigencia panista, para declarar públicamente su intención de contender por la presidencia de la República, tres años antes de la fecha de la elección presidencial, en julio de 1997, siendo gobernador del estado de Guanajuato. Su declaración tomaría por sorpresa a propios y extraños y, por lo pronto, ninguno de sus correligionarios, con la mira puestas en el mismo objetivo, pero a la secreta, le daría alcance, en una carrera que se habría de llevar de calle, no sólo a propios, pero también a extraños.
Años después, en mayo de 2004, dos años antes de las elecciones federales, Felipe Calderón repetiría la historia de los destapes anticipados, al asistir a un acto proselitista en apoyo a su candidatura, siendo secretario de Energía. Esta anticipación no le habría gustado nada al Presidente Fox, quien prácticamente lo orilló a renunciar a su cargo y, a partir de entonces y hasta la fecha, quedaría rota la relación entre los dos personajes. Pero de que valió la pena el sacrificio del cargo por aquella estrategia calderonista, ni hablar.
Pues, ahora resulta que, en plena transición democrática, concluido el proceso electoral de mitad del sexenio y a tres años de la sucesión presidencial, parece haber llegado el tiempo de los auto destapes anticipados. Al menos, eso está sucediendo. Varias son las figuras que a la menor provocación o sin ella, han anunciado, públicamente, su intención de inscribirse en la carrera presidencial. Aquí los ejemplos más destacados, hasta el momento.
Sobre el caso del fundador de Morena, Andrés Manuel López Obrador, huelgan comentarios, porque su auto destape es parte ya de nuestra historia política contemporánea, tras doce años, por lo menos, de estar en la lista de aspirantes declarados, sólo que ahora, en su tercer intento, hasta con actos de campaña muy anticipados.
Margarita Zavala, la ex primera dama, finalmente dejó de deshojar margaritas y, tras buscar, infructuosamente, una diputación federal, y luego aspirar, sin mucha oportunidad, a presidir su partido, cayó en cuenta de que las posibilidades de su proyección estelar estaban un paso más allá de las posiciones que estuviera dispuesta a otorgarle la dirigencia de su partido, así que, en una jugada de pizarrón, levantó la mira y se lanzó a la grande.
En un video, difundido en redes sociales, muy a la moda, declaró: “buscaré la presidencia de la República”, como candidata del PAN o como sea, podría ser la interpretación de sus palabras, dejando abierta la posibilidad de una candidatura independiente, también muy de moda, lo que pondría nerviosos y de malas a otros aspirantes ocultos, aunque evidentes.
El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, tras el desastre electoral capitalino que lo dejó mal parado, ha considerado oportuno romper el silencio para declarar que sí quiere ser presidente, pensando, quizás, que esto podrá elevar sus bonos, algo, por cierto, muy necesario para llevar a buen fin su ejercicio de gobierno en el trayecto que falta. Mancera tampoco descarta la posibilidad de irse por la libre, como candidato independiente, un poco para recalcar su calidad apartidista y, otro tanto, para darle un calambre al partido que lo adoptó, lo postuló y lo decepcionó, y que ahora anda de capa caída.
El otro aspirante inquieto, aunque éste sí todavía no destapado, oficialmente, es el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, para quien sus partidarios han creado, en las redes sociales, una especie reciclada de “amigos de Fox”, denominada “Ciudadanos con RMV,” en Puebla, por supuesto, pero que también se está extendiendo a otros estados de la República, y cuyo propósito es fácilmente adivinable. Por lo pronto, este funcionario se placea por toda la República, encubierto en su calidad de gobernador poblano, en una estrategia que busca algo más que simplemente estrechar los lazos de su estado con el resto del país.
Quedan por ahí otros personajes que le juegan a la policía china, pues, aunque resulta obvia su aspiración presidencial, ellos insisten en negarlo fervorosamente. El ejemplo más claro es el del todavía presidente del PAN, Gustavo Madero, quien hasta con palabras altisonantes rechaza estar interesado en la silla presidencial, aunque todos sus movimientos apuntan al 2018.
Tiempos nuevos y nuevas estrategias, quizás inéditas, que estarán presionando para que todo aquél que aspire a la joya de la corona político-electoral, del partido que fuere, comience a desempacar para no rezagarse demasiado ante la anticipación de los inquietos y acelerados, lo que en el caso del partido en poder, el PRI, significará un verdadero cambio de señales sobre el que habrá que estar muy atentos.
Junio 25 de 2015