Miguel Tirado Rasso

Archive for the ‘Sospechosismo’ Category

Candidatos incómodos

In Partidos Políticos, Sospechosismo, Temas Centrales on 17 febrero, 2016 at 12:29 pm

Algo que debería de ser elemental, se ha convertido en un verdadero rompecabezas para algunos partidos políticos que no encuentran la manera de salir librados de una de sus más importantes  responsabilidades.

Supondríamos que los partidos con larga trayectoria política, identificación ideológica, buen posicionamiento a nivel nacional y experiencia en el quehacer público, no tendrían problemas para seleccionar y postular a sus candidatos a puestos de elección popular y, sin embargo, esto se les está convirtiendo en algo, cada vez, más complicado, por las sorpresas desagradables que, tarde o temprano, salen a relucir dadas las malas mañas, los pasos torcidos y las poco recomendables compañías de algunos de los personajes propuestos para esos cargos.

Lo menos que se podría esperar de estas organizaciones políticas es su compromiso para postular a sus mejores elementos, hombres o mujeres, tal y como los promueven y presentan en las campañas para convencer al electorado de apoyarlos con su voto. Pero ahora resulta que los partidos, bueno, al menos, algunos de ellos, pretenden deslindarse de toda responsabilidad en los casos en que sus candidatos seleccionados resulten verdaderos pájaros de cuenta, no obstante que ellos mismos hayan sido quienes los escogieron, los postularon y los promovieron.

Hace unos días, a los líderes del PAN, Ricardo Anaya, y del PRD, Agustín Basave, se les hizo fácil endosarle a la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional, la responsabilidad sobre el comportamiento de sus candidatos, al entregarle las listas de los aspirantes que proponen para contender en el próximo proceso electoral y pedirles que les informen “cualquier indicio de vínculos con el crimen organizado por parte de cualquier candidato…” como si ellos no supieran a quienes postulan o no tuvieran la obligación de conocer a quién le están dando su aval para cargos de alta responsabilidad.

Y es que los escándalos por la postulación de personajes vinculados con el crimen organizado, tanto por parte del partido del Sol Azteca, recordamos los casos del alcalde de Iguala, José Luis Abarca y del diputado que se esfumó, Leonel Godoy, como del  partido blanquiazul, con la diputada sinaloense, Lucero Sánchez, sin duda lastimaron la imagen de sus institutos, y ni que decir de la torpe y muy lenta reacción de sus dirigencias, cuando las evidencias advertían, con fundadas sospechas, un mal comportamiento de sus abanderados.

Resulta muy cómoda la postura de estos dirigentes al trasladar a otras instancias federales, una responsabilidad que a ellos les corresponde. Habría que preguntarles si no sería más sencillo, antes de seleccionar a sus candidatos, consultar a sus cuadros locales, pedirles información  sobre la trayectoria y comportamiento de los aspirantes, para saber qué tan confiables, capaces y recomendables son. Está claro, que sus presidentes distritales, sus comités municipales, sus delegados y demás miembros de la estructura partidista seguramente saben quién es quién en su localidad, por lo que serían los más indicados para proporcionar esta información.

Pero esto, que suena razonable y recomendable, no lo aplican porque no va con su estrategia de ganar a como dé lugar. Hay dos motivaciones que explican la ligereza en la postulación de sus candidatos: su obsesión por derrotar al partido en el poder y su desesperación por obtener posiciones políticas. Así que, no importa quiénes sean los candidatos ni sus antecedentes, si son competitivos y con ellos pueden ganar la contienda, y si en el camino resultan con vínculos delincuenciales, no importa, pues la responsabilidad no será de ellos, sino del Gobierno Federal por no habérselos informado antes.

Por supuesto que la respuesta de la PGR, a esta tramposa petición, fue negativa, señalándoles que entre sus atribuciones no se encuentra la de verificar los antecedentes, ni algún otro requisito de elegibilidad,  de los candidatos a puestos de elección popular. Así que a estos dirigentes, les convendría ser más meticulosos en la selección de sus aspirantes a cargos de elección popular y, sobre todo, preocuparse por evitar la postulación de candidatos incómodos. Más escándalos de esta naturaleza agudizará un sospechosismo que ya de por sí pesa sobre sus partidos.

Febrero 11 de 2016

 

 

 

SOSPECHOSISMO EN EL CASO COLIMA

In Sospechosismo on 30 octubre, 2015 at 2:55 pm

El estado de Colima ha sido la nota en estos últimos días. Fenómenos de la naturaleza y, otros, de naturaleza humana vinieron a alterar la paz que regularmente, supondríamos, se vive en esta bella entidad y que atrajeron la atención nacional.
Para fortuna de todos, lo que amenazaba en convertirse en una de las peores tragedias en ese estado, por los efectos de Patricia, un huracán que, en sólo 10 horas, había pasado de tormenta tropical a ser considerado el huracán más fuerte registrado en el Pacífico y el Atlántico, con vientos hasta de 325 km/h, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de nuestro país vecino del norte, se superó, sin pérdidas humanas que lamentar ni los efectos devastadores que se anunciaban.
Una movilización efectiva y oportuna con medidas de prevención adoptadas con diligencia y tino, permitieron a la población estar preparada para este huracán que, finalmente, disminuyó su fuerza al tocar tierra. Esta combinación de factores, evitó que se cumplieran las “consecuencias potencialmente catastróficas”, que se habían pronosticado de este fenómeno natural.
No fue el caso del otro huracán, el de naturaleza humana, generado en un clima político enrarecido que también golpeó a la entidad. Un fenómeno de pronóstico reservado, con negativas consecuencias para la democracia local. Y es que ya en más de una ocasión, estos meteoros políticos han devastado las jornadas electorales en el estado, obligando a celebrar procesos extraordinarios en las elecciones para gobernador.
Sólo para registro, valdría mencionar que Colima es la única entidad de la República en la que, en menos de tres lustros, se han anulado dos elecciones para gobernador y celebrado tres elecciones extraordinarias. Dos por la anulación decretada por la autoridad electoral y una por el fallecimiento del gobernador en funciones.
En 2003, Gustavo Alberto Vázquez Montes, candidato priista triunfante en la elección para la gubernatura del estado, habría tenido que volver a contender en una elección extraordinaria, ante la anulación de los comicios constitucionales ordenada por la autoridad electoral, debido a intromisiones ilegales del gobernador en el proceso electoral.
La nueva elección ratificaría su triunfo, sólo que, después de poco más de un año, fallecería en un accidente aéreo (2005), sembrado en el misterio y la duda. Este hecho daría lugar a una convocatoria para nuevas elecciones extraordinarias, ahora para elegir a un mandatario sustituto. Una vez más el candidato del tricolor ganaría en las urnas. Silverio Cavazos, candidato ganador, concluiría el período constitucional de su antecesor (2005-2009). Pero este personaje tendría también un fin trágico. Un año después de concluido su mandato perdería la vida, como consecuencia de un atentado criminal, aún pendiente de aclarar.
La tercera elección extraordinaria habrá de tener lugar en algún momento de 2016, o en las postrimerías del año en curso, en el mejor de los casos, para reponer la elección para gobernador del pasado 7 de junio, que tres meses y medio después anulara el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), por las mismas causas que la de 2003: intervención ilegal de las autoridades locales en la contienda. Esto es, la causa de nulidad abstracta.
Cabría suponer que con el antecedente de la primera anulación, la autoridad local se habría cuidado de no cometer el mismo error que puso en peligro el triunfo de su partido en 2003, pero al parecer esto no fue impedimento para caer en la tentación de, supuestamente, apoyar desde el gobierno al candidato priista a la gubernatura.
Hasta ahí la censura sería por la torpe ocurrencia de la autoridad de violar la ley, solo que en la rumorología local existe el sospechosismo de que precisamente esa burda actuación tendría una perversa intención. Fuego amigo, pues. Y es que el abanderado del PRI, Ignacio Peralta, no era el candidato del gobernador Mario Anguiano y, por alguna razón que se puede uno imaginar, se le quiso desbarrancar cuando prácticamente tenía el triunfo en la bolsa, aunque fuera por sólo 503 votos de diferencia, pues el TEPJF se había encargado de filtrar que el proyecto de sentencia sobre la impugnación de la elección presentada por el PAN, iba en el sentido de validar dicho proceso.
Ante esto, prácticamente de la nada y al cuarto para las doce, el secretario de Desarrollo Social del estado, a quien se le escucha en una grabación instruyendo a sus subordinados a apoyar al candidato del PRI, sobre el principio de que gobernador pone gobernador, decide, después de tres meses, validar públicamente las palabras que se escuchan en ese audio, confesión suficiente para modificar el sentido del proyecto de resolución original del magistrado ponente y proponer ahora la anulación de la elección, por la que, finalmente, se pronunció el pleno del Tribunal.
Las cosas se ponen difíciles para el PRI, según se interprete lo establecido en el artículo 41 de la Constitución que en su parte final señala: “En caso de nulidad de la elección, se convocará a una elección extraordinaria, en la que no podrá participar la persona sancionada.” Porque si se considera que el sancionado es el candidato tricolor, Ignacio Peralta estará imposibilitado de volver a contender en los comicios extraordinarios y, entonces, nada detendrá al abanderado panista, Jorge Luis Preciado, con la consecuente alternancia.
Si es que ese fuera el caso, el gobernador Mario Anguiano se habrá salido con la suya. Aunque, en este mar de sospechosismos, también corre la versión de un acuerdo interpartidos, en lo oscurito y aprovechando la coyuntura, que tendría que ver con nuestro máximo tribunal de justicia.
Octubre 29 de 2015