Miguel Tirado Rasso

Elecciones 2016 (3)

In Temas Centrales on 17 febrero, 2016 at 11:50 am

Los partidos políticos de mayor peso específico, PRI, PAN, PRD y Morena, se preparan para las batallas electorales de la segunda mitad del sexenio y, al efecto, recientemente y en coincidencia de fechas, sesionaron sus cúpulas de máxima autoridad para alcanzar los acuerdos para la renovación de sus dirigencias, ajuste de estructuras, reforma de estatutos y planteamiento de estrategias.

El sábado 21 de noviembre, durante la celebración de la XXXV Sesión Extraordinaria de su Consejo Político Nacional, el PRI anunció la apertura a las candidaturas externas a quienes simpaticen con sus principios ideológicos y cuando su nivel de popularidad, fama pública y prestigio sea superior al de los militantes del partido. Una noticia que no deja de llamar la atención, al señalar una estrategia que, al menos, de manera expresa, antes no se había planteado en ese instituto político.

Y quizás no ha de haber resultado muy popular esta declaración, entre ciertos sectores del tricolor, pero el desgaste de la política y sus protagonistas, y muchos males y defectos no corregidos en ese campo, además de la formalización de las candidaturas ciudadanas, obligan a los partidos a reflexionar, a hacer adecuaciones en las estrategias y a buscar los mejores personajes para su postulación, si se quiere ser competitivos.  “Unidad y cohesión en lo interno y apertura y flexibilidad hacia afuera son las premisas,” a decir del dirigente priista, Manlio Fabio Beltrones.

El tricolor también definió su política de alianzas para los comicios de 2016. En este tema no hubo novedades, porque el PRI continuará sus alianzas únicamente con los partidos Verde Ecologista y Nueva Alianza, como lo ha venido haciendo.

El PAN, por su parte, reformó sus estatutos. Formalizó, a nivel estatutario, el Sistema Anticorrupción, un tema que últimamente le ha dado muchos dolores de cabeza a su partido, ante el desempeño poco escrupuloso de algunos de sus miembros distinguidos y la impunidad con que se han manejado. Se propuso, además, la creación de órganos dedicados a la rendición de cuentas y se hicieron adecuaciones para que una comisión pueda aplicar sanciones a quienes incurran en actos de corrupción. También abordaron el tema de equidad de género, para lograr una auténtica paridad 50-50, para que la mitad de los espacios en todos los órganos colegiados de decisión del partido, sean ocupados por mujeres.

Atrás quedaron las protestas y reclamos que caracterizaron a la Asamblea panista anterior, la de agosto de hace dos años, cuyas reformas motivaron el enfrentamiento entre distintos grupos al grado de tener que suspender la sesión ante la amenaza de violencia. En la Asamblea de hace unos días, todo fue cordialidad en un ambiente de unidad, que seguramente dejó satisfecho a su presidente Ricardo Anaya. Tal vez, éste haya sido el mejor mensaje para los panistas. Indispensable, ahora, para los planes a futuro.

En el PRD se aprobó la nueva integración de su Comité Ejecutivo Nacional. Para sorpresa de muchos, sólo menos de una hora le llevó este trámite. Ni gritos ni sombrerazos. Todos de acuerdo en una votación a mano alzada, lo que sería la buena noticia para su flamante dirigente, Agustín Basave, pues conocemos otras experiencias del pasado en las que la constante era el enfrentamiento, la descalificación, las denuncias y las agresiones. La no tan buena noticia para su líder sería la repartición de cuotas y cuates llevada cabo entre las diferentes tribus y la obstinación de alguno que otro por mantenerse en el CEN, solo cambiando de posición. Pero al menos, se logró una sesión tersa, que ya cuenta.

Finalmente, Morena y su nuevo presidente. Aquí no hubo sorpresas. En el ll Congreso Nacional Ordinario de este partido, se presentó una única postulación, la de su fundador, líder moral y propietario, Andrés Manuel López Obrador, para ocupar la presidencia de su Comité Ejecutivo Nacional. Al no haber más contendientes se le eligió “por aclamación y por votación”, por supuesto.

¿En qué cambian los cosas para este partido con la renovación de su dirigencia? Pues, en nada. Todo seguirá igual, porque es el partido de un solo hombre. Él es su ideólogo, su programa, su proyecto, su propuesta y, por supuesto, su candidato. La presidencia que asumió es por tres años, que excede el tiempo que la ejercerá, porque seguramente, en dos años más, y para estas fechas, ya la habrá dejado para voltear a ver la candidatura de su obsesión.

Mientras tanto, el cargo le servirá para continuar su campaña, a lo largo y ancho del país, a través de giras en su doble papel, el formal, como dirigente de Morena y, el informal, como candidato presidencial, pues no pierde oportunidad de expresar sus aspiraciones en cualquier momento y lugar.

Diciembre 6 de 2016

 

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