Miguel Tirado Rasso

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El affaire venezolano

In Temas Centrales on 1 octubre, 2014 at 7:12 pm

Las redes sociales representan un verdadero desafío a la privacidad, la secrecía  y la discreción de contenidos, y de todo aquello que, hasta antes de los facebook, twitter y demás formas de comunicación mundial indiscriminada, era posible mantener a buen resguardo y controlada su difusión a voluntad de las partes interesadas. Ahora la confidencialidad se perdió, pues sólo se requiere de un indiscreto para que, literalmente, todo el mundo se entere de lo que muchos no quisieran dar a conocer.

Un buen ejemplo de lo anterior, es el escándalo surgido por las actividades de espionaje del Tio Sam, difundidas por el ex contratista de la CIA, Edward Snowden, quien, se dice que, indignado y cansado de participar como operador en esta actividad, decidió exhibir ante el mundo lo que Washington denomina actividad de inteligencia, pero que, para efectos prácticos resulta ser, simple y llanamente, espionaje.

Habría que considerar, si lo que detonó este escándalo, no fue tanto el hecho en sí del espionaje, labor que nadie dudaría lleva a cabo el gobierno norteamericano desde su constitución, y mantenido, al paso del tiempo, bajo la justificación de razones de seguridad nacional, sino que se supiera, con el agravante de que su práctica, no es sólo en naciones con las que sus relaciones son controversiales, sino que, en su larga lista de espiados, incluyera países considerados como amigos y aliados.

Todo lo anterior viene a cuenta, por el asunto del avión con matrícula de nuestro país, que la fuerza aérea de Venezuela destruyó la semana pasada, según la propia declaración del presidente de esa nación, Nicolás Maduro. Y es que el tema surgió a la agenda nacional cuando el Jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada venezolana, Vladimir Padrino López, publicó en su cuenta de twitter: “Día 4 nov, 22:36 hrs. Cmdo. Defensa Aeroespacial detectó e interceptó aeronave Hawker 25 matrícula XB MGM,“ acompañándolo con  la foto de un avión destruido, todavía humeante. En un segundo mensaje, el militar señalaba que “este incursor aéreo fue inmovilizado por medios aéreos de nuestra Aviación Militar Bolivariana AMB”, agregando una felicitación a sus fuerzas armadas por este hecho.

Como los datos publicados correspondían a una matrícula mexicana, de inmediato nuestras autoridades solicitaron, por la vía diplomática, mayor información sobre este incidente, y ahí es cuando las cosas se le empezaron a complicar al gobierno venezolano. Para empezar, el presidente de ese país reaccionó con una ligereza extrema ante la petición de nuestro gobierno, con un ambiguo comentario, ante los medios locales, sobre que habían derribado ya 30 aviones, refiriéndose al de matrícula mexicana como, “el tercero que se derriba de esa forma vinculado con el narcotráfico.”

Ante la insistencia de nuestras autoridades porque se esclarecieran los hechos, el gobierno venezolano modificaría su versión original, señalando que la aeronave no había sido derribada, que había sido obligada a aterrizar y que, ya en tierra, había sido destruida. Que la nave venía llena de droga y que sus tripulantes habían huido. Para colmo, el presidente Maduro afirmaba estar sorprendido por la solicitud de explicaciones que hacía México sobre el derribo de “un avión que estaba full de cocaína.”

Con independencia de que la aeronave hubiera transportado droga o no, los protocolos internacionales señalan determinados procedimientos para estos casos, que en ningún momento incluyen la destrucción del avión. Único elemento del que se podrían obtener evidencias de lo transportado, y quizás, hasta la posible identificación de los pasajeros. De la droga que se dice transportaba esta aeronave, no se menciona nada. De tal suerte que, así como se perdió la pista de los pasajeros, también se desconoce el destino que tuvo la droga. Todo lo cual despierta sospechas sobre lo realmente sucedido. Por lo pronto, parecería que la intención fue cerrar el caso sin mayor averiguaciones: destruido el avión y desaparecidos los tripulantes y la droga, no hay nada que hacer.

La administración del Presidente Enrique Peña Nieto ha puesto especial énfasis en curar las heridas diplomáticas generadas en la década pasada y devolver a México la posición y el prestigio de su política exterior que por muchos años lo caracterizó. Uno de esos desencuentros ocurridos con gobiernos extranjeros, fue precisamente con el de Venezuela, cuyo presidente poseía un particular estilo de gobernar, que no hacía fácil la relación, misma que se hizo tensa al grado de que, en 2005, ambos países ordenaron el retiro de sus respectivos embajadores.

Apenas a principios de este mes, México refrendó su apoyo a la candidatura de Venezuela como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, además de buscar el diálogo diplomático con ese país, con la clara intención de mejorar las relaciones binacionales. Esto, al parecer no será tan sencillo. Y es que el actual presidente venezolano supera en mucho el folclorismo  de su antecesor. Gobierna a base de ocurrencias y deposita su popularidad en la explotación del recuerdo del ex presidente Chávez, con el que dice mantener una comunicación permanente desde el más allá.

Su actitud ante la solicitud de información de México sobre el incidente aéreo, es una muestra de su indiferencia ante las formas y el poco interés que tiene en atender la petición y aclarar los hechos. Si caemos en el sospechosismo, habría que pensar en que detrás de este caso hay algo que se pretende ocultar. Ya por ahí corre una versión que habla de que la desaparición del narcotraficante Rafael Caro Quintero y la fuga de los pasajeros de esa misteriosa aeronave, podrían estar relacionados.

Y pensar que este incidente aéreo, con posibles repercusiones diplomáticas, se generó a partir de un tuit.

Noviembre 14 de 2013.

 

 

Relevos en el PRD

In Temas Centrales on 1 octubre, 2014 at 7:07 pm

Algo debe suceder con los partidos políticos mayoritarios de oposición en nuestro país que funcionan razonablemente bien, hasta que se presentan los tiempos de renovación de sus dirigencias. Entonces, los ánimos se alteran, se desconocen lealtades y las diferencias internas entre los grupos políticos explotan en una disputa, por el control del partido, que desconoce formas y lleva los enfrentamientos hasta el grado de poner en riesgo la unidad institucional.

Se anteponen intereses de grupo a los del partido, y el pragmatismo se impone a la ideología. La lucha es por posicionamientos, no por ideas y, en este plano, se demerita el debate y pierde la institución.   Este fenómeno, que ha sido el ADN del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se presenta, cada vez con mayor frecuencia, en el Partido Acción Nacional, a partir de su arribo a Los Pinos.

En nuestro comentario de la semana pasada, hablamos de la lucha sorda que se lleva a cabo en el PAN por la disputa de su dirigencia. En esta contienda son, fundamentalmente, dos los grupos que buscan controlar al partido, con una posible incorporación, de última hora, de su ex candidata presidencial, prácticamente ajena a estos dos grupos, y quien se propone, a sí misma, como factor de unidad. Para validar su aspiración, Josefina Vázquez Mota, alega los 12 millones de votos obtenidos en la elección presidencial, aunque ahora estemos hablando de otros tiempos y otra realidad.

En el PRD, también se cocina el relevo de mandos que tendrá lugar en marzo del año entrante. Y, para no variar, también en el Sol Azteca, la lucha por la dirigencia pone a temblar la estabilidad del partido, quizás no al grado de lo ocurrido en 2008, cuando el enfrentamiento entre distintas corrientes internas de este instituto político, dio lugar a un sinfín de irregularidades en la elección, que, entre dimes, diretes e impugnaciones de los entonces candidatos, Jesús Ortega, por parte de la corriente Nueva Izquierda (NI), y Alejandro Encinas, de la Izquierda Democrática Nacional (IDN), tuvo que ser anulada.

Una nueva convocatoria permitió reponer aquel proceso que culminaría con el triunfo de Jesús Ortega. A partir de entonces, Nueva Izquierda ha mantenido el control del partido, resistiendo  toda clase de embates, internos y externos. Ahora, los llamados Chuchos buscan ligar su tercera presidencia consecutiva a través de la postulación de Carlos Navarrete, quien, hace unos días, renunció a la secretaría del Trabajo del gobierno del Distrito Federal para iniciar su campaña.

Pero resulta que el ex senador Navarrete no es el único con pretensiones de liderar al PRD. Otros aspirantes, también buscan encabezar a este partido, con distintas finalidades: Marcelo Ebrard, para reposicionarse políticamente entre las fuerzas de izquierda. Apoyado por una corriente de su autoría, denominada Movimiento Progresista, el ex Jefe de Gobierno busca la dirigencia del Sol Azteca como su plataforma de lanzamiento para el 2018.

Carlos Sotelo es otro de los precandidatos. Miembro de la Comisión Política Nacional del PRD, es apoyado por el Movimiento Nacional Patria Digna, una nueva corriente perredista surgida, en agosto pasado, precisamente para impulsar su candidatura. Sotelo se presenta, según su propia afirmación, como una alternativa frente al continuismo, representado por Carlos Navarrete, y el bejaranismo, que identifica con la candidatura de Marcelo Ebrard.

Hay un posible cuarto aspirante, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, quien, en apariencia, las tendría todas consigo para ganar la elección. En este caso, su triunfo contribuiría a dar cierta unidad y fortalecimiento al partido, pues evitaría la confrontación que se ve venir entre los Chuchos y la Izquierda Democrática Nacional (IDN), que está dispuesta a hacer lo necesario para evitar que NI prolongue su estancia en el poder perredista.

El ingeniero ha dicho que sólo participaría como candidato de unidad, para lo que tendrían que reformarse los estatutos del partido que actualmente prohíben la reelección de dirigentes, y él ya fue su  presidente, en 1989. Por la ascendencia que tiene Cuauhtémoc Cárdenas en el PRD, seguramente esperará a que se le proponga su postulación, como candidato único. No vemos a este personaje promoviéndose a sí mismo.

El primer escollo es la reforma que autorice la reelección del presidente nacional del partido. En este tema, la corriente NI se declaró abiertamente a favor, como primer gesto en apoyo a la candidatura del Ing. Cárdenas. Sin embargo, hay otras señales que no permiten ver con claridad este apoyo, como es el activismo y el discurso de su candidato oficial, Carlos Navarrete, que no parece muy dispuesto a ceder su candidatura.

Por lo pronto, quien se alineó a la propuesta del ingeniero Cárdenas, fue Marcelo Ebrard, y es que sus posibilidades de triunfo en esta elección son escasas, en particular, si la elección se mantiene en base al voto de los miembros del Consejo Nacional. El ex Jefe de Gobierno ha planteado que se abra la elección a una consulta nacional, que es en donde podría dar más la pelea.

Como están las cosas, la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas se presenta como la mejor opción para el complejo y siempre agitado proceso de relevo de la dirigencia perredista. Es probable que la mayoría de las tribus esté de acuerdo con su candidatura, pues diferiría la tradicional disputa interna por el control del partido, que tanto, pone en jaque la unidad del perredismo, como desgasta su imagen ante la población.

En caso de que el Ing. Cárdenas no participe, le apostamos a la candidatura de Carlos Navarrete, con los riesgos advertidos de la tradicional lucha fratricida, agravada, ahora, con posibles fracturas irremediables.

Noviembre 7 de 2013

El no tan extraño retorno de JVM

In Temas Centrales on 1 octubre, 2014 at 6:54 pm

Para estar a la moda, en el Partido Acción Nacional también hay debate. Bueno, al menos, en la elección de su dirigencia. Y es que, como ya lo hemos comentado con anterioridad, el período del actual presidente de ese partido, Gustavo Madero, vence  el próximo 5 de diciembre, por lo que antes de esa fecha, debería publicarse la convocatoria correspondiente para la elección de su nueva dirigencia. Claro, esto, en teoría, y conforme a lo dispuesto en los estatutos de ese instituto político, porque en la práctica, otras circunstancias obligan a posponer el proceso de relevo hasta el primer trimestre del próximo año, con lo que la permanencia de su actual dirigente se prolongará  unos meses más de su término estatutario.

En efecto, don Gustavo, previsor de los tiempos, pero sobre todo de su futuro político, maniobró para que, durante la XVll Asamblea Nacional Extraordinaria del PAN, celebrada en el mes de marzo pasado, el senador Javier Corral “sorprendiera” a los convocados, entre otras, con una propuesta de modificación a los estatutos de ese partido, en la que se desechaba el método tradicional para la elección del presidente de su Comité Ejecutivo Nacional, vía el Consejo Nacional, para abrirla a toda la militancia del partido. Esto es, del voto de alrededor de 400 notables, la elección pasaría a ser decisión de más de 300 mil militantes.

Desde luego que esta propuesta cayó como balde de agua helada en algunos, que de inmediato manifestaron su rechazo, amenazando con recurrirla ante la autoridad electoral, en caso de que fuese aprobada. En aquella ocasión, los ánimos se calentaron al grado de tener que suspender la Asamblea. Cinco meses después, en el mes de agosto, pudieron reanudar los trabajos de la Asamblea, que concluyó con la aprobación de las reformas propuestas. Pero eso sí, también con la impugnación de los inconformes con los cambios.

Hace unos días, el dirigente panista recibió la buena noticia de que el Instituto Federal Electoral había resuelto la legalidad de las reformas propuestas en su Asamblea Extraordinaria, rechazando por improcedentes los recursos (8) de inconformidad interpuestos en su contra.

Los tiempos benefician a Madero, pues la convocatoria para la renovación de la dirigencia no puede publicarse hasta que la resolución del IFE quede firme, y esto significa un tiempo extra a su favor.  Se calcula que no antes de finales del presente año, iniciará este proceso. Mientras tanto, los rounds de sombra entre quienes aspiran, siguen a la orden del día.

Para confundir a sus contrincantes, los aspirantes juegan a las contras expresando un día su deseo de participar, para al siguiente expresar sus dudas sobre la conveniencia de hacerlo. En ese contexto, a los que, a pesar de sus dichos, no hay dudas de su aspiración, Ernesto Cordero y Gustavo Madero, habrá que agregar a la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota (JVM), quien, con el apoyo de un grupo denominado Panistas por México, integrado por varios ex gobernadores y otros personajes, 16 en total, busca retornar por sus fueros.

Aunque su desempeño como candidata presidencial dejó mucho que desear, debido a múltiples factores, entre los que no habría que descartar el fuego amigo, Josefina Vázquez Mota se considera a sí misma con serias posibilidades de triunfar en su aspiración para presidir su partido. Sobre este punto, hay más dudas que certezas, pues el resultado de su aventura en las grandes ligas político-electorales, no sólo llevó al PAN a perder la silla presidencial, sino que lo redujo a un tercer lugar entre las fuerzas políticas del país.

Josefina, al igual que sus contrincantes en la carrera por el PAN, asumió la estrategia de endurecer la crítica a las reformas propuestas por el Ejecutivo, como fórmula para ganar adeptos en su nuevo proyecto político, y suscribió un desplegado en el que hace un llamado a los legisladores del Congreso a frenar las propuestas de Los Pinos, por constituir “una grave amenaza para el sano desarrollo de México”. En ese sentido manifiesta su rechazo a las reformas energética, hacendaria y político electoral, y entra en competencia abierta con sus correligionarios a ver quién asume la oposición más radical.

Para efectos del proceso sucesorio panista, la incorporación de JVM agrega confusión a una militancia cada vez más dividida. Se dice que ella podría tener cierta ventaja en la votación abierta, considerando que en la presidencial sumó más de 12 millones de votos. Sin embargo, este  razonamiento habría que tomarlo con cautela, pues sin duda, se trata de circunstancias totalmente distintas, además de que  su posicionamiento entre las preferencias panistas, hoy en día, es una incógnita. Por lo pronto, Consulta Mitofzky le da una diferencia de 33 puntos sobre Ernesto Cordero y 40, sobre Gustavo Madero, lo que seguramente la habrá estimulado, sólo que esta reciente encuesta fue únicamente sobre reconocimiento, faltaría ver si todos los que la conocen estarán dispuestos a darle su voto.

Por lo pronto, Gustavo Madero se frota las manos, pues con el nuevo método de elección abierta y la participación de Josefina, en caso de que así lo decida, sus posibilidades de triunfo aumentan, al dividirse la votación entre tres.

El papel del dirigente del PAN en el próximo período resulta estratégico, porque si bien sólo ocupará el cargo durante 15 meses, su desempeño le puede augurar un próspero futuro político. Calcule usted si no. A este personaje le corresponderá operar, en 2015, la elección para diputados federales, la renovación de cinco gubernaturas, (Colima, Nuevo León, Querétaro San Luis Potosí y Sonora), además de los procesos electorales para diputados locales y ayuntamientos en casi la mitad del país (14 entidades) y, con el acelere que traen, quizás hasta un buen posicionamiento para la elección federal de 2018.

Aquí la explicación de tanto interés por el control del partido.

Octubre 31 de 2013