Miguel Tirado Rasso

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D. F. Preciado Boletín Electoral (3)

In Elección Federal 2012 on 31 agosto, 2011 at 5:55 pm

Para el Partido Revolucionario Institucional, el Distrito Federal ha sido su talón de Aquiles. A partir de que diversas reformas abrieron la posibilidad de que los ciudadanos capitalinos pudieran elegir a sus autoridades políticas, el tricolor empezó a sufrir para retener el poder de la capital del país.

En las elecciones federales de 1988, y como presagio de lo que le ocurriría años más adelante en esta ciudad, el candidato presidencial priista resultaría arrasado por su contrincante, el candidato de la coalición conformada en el Frente Democrático Nacional, quien lo superaría con 48 por ciento de los votos capitalinos sobre 23.7 por ciento logrados por el del tricolor. En ese año, en que se celebrara la primera elección local del D. F.,  el PRI obtendría 24 representantes de mayoría, de 40 posibles, y el PAN lo seguiría con 13.

En 1991, las cosas resultarían muy exitosas para el Revolucionario Institucional. Como en sus mejores tiempos, la maquinaria priista impondría el carro completo al llevarse todos los cargos de elección popular en juego: 40 representantes a la Asamblea, 40 diputaciones federales y dos senadurías: Última ocasión en que se llevaría de todas, todas. Tres años después, todavía con la inercia del pasado, mantendría 38 posiciones de mayoría en la Asamblea de Representantes.

En los comicios de 1997, y con la reforma que establecía la elección para Jefe de Gobierno del D. F., ocurre el desplome electoral del tricolor. En aquella ocasión, se impone la fuerza del candidato perredista al gobierno de la capital asestándole la primera gran derrota al otrora invencible partido en el gobierno. Éste, no sólo pierde el control de la administración de la ciudad, sino que, además, no logra ni un solo lugar de mayoría en la Asamblea Legislativa.

A partir de ese año, las elecciones locales en la capital se convertirían en un verdadero dolor de cabeza para el Revolucionario Institucional, sin que hubiera logrado descifrar el enigma del triunfo electoral. Y es que, en contra de lo que acostumbraba en sus tiempos de gloria, su participación electoral en el D.F. fue de fracaso en fracaso, llevándolo a convertirse en la tercera fuerza política en la capital.

El carro completo volcó, y perdió de todas, todas. Ni una diputación de mayoría para la Asamblea, ni una de las 16 Delegaciones políticas, salvo en 2003, cuando ganó la de Milpa Alta. Y de la Jefatura de Gobierno, la joya de la corona, mejor ni hablar, pues en las dos últimas elecciones el candidato priista quedó en un relegado tercer lugar.

Las derrotas del PRI abatieron la estructural local de este partido. Crisis financiera y reducción de su aparato burocrático afectaron programas de atención a organizaciones de asistencia social y de apoyo a grupos desprotegidos. Su capacidad de gestoría se debilitó y fue perdiendo la conexión y representatividad que tenía con distintas organizaciones sociales que conformaban parte importante de su base electoral.

La orfandad en que cayera el PRI nacional con la pérdida de la Presidencia de la República, se replicaría de manera más dramática en su Comité Directivo del D.F., con la derrota en la elección para la Jefatura de Gobierno. Y es que el PRI local operaba bajo una relación de subordinación y control de la regencia de la ciudad, que funcionaba con eficacia en tanto instrumento político del gobierno capitalino. En la práctica, la dirigencia local la definía el Jefe del Departamento del D.F. o al menos, la consulta era obligada, cuando el CEN del PRI efectuaba el nombramiento.

Cuando el PRI pierde la plaza, su institución local queda prácticamente a la deriva, generándose luchas internas por el control de la directiva, que terminan por fracturar su estructura y provocan la salida de organizaciones en busca de mejores opciones políticas.

No es de extrañar entonces que entre 1997 y 2000, se den tres cambios de Presidente en el Comité Directivo Local, hasta que el Comité Ejecutivo Nacional nombra a un Delegado Especial, fórmula con la que se pretendió resolver las diferencias internas entre distintos grupos que aspiraban a controlar los restos de poder de un disminuido PRI capitalino.

En 2006 se da la última elección para presidente del CD del PRI en el DF, cuya titular estuvo en el cargo alrededor de un año, y, una vez más, la falta de acuerdos hizo que en lugar de elecciones se nombrara un Delegado para presidir al tricolor local. Y si ahora las expectativas para este partido a nivel nacional son buenas, según encuestas publicadas, su futuro en el D.F. no se ve con el mismo optimismo, pues las divisiones persisten con riesgos de fractura.

Hace sólo unas semanas, la intención de elegir a su dirigente local se vio empañada por irregularidades denunciadas, lo que provocó que  la autoridad electoral anulara el proceso. Así que su directiva nacional tuvo que nombrar, de nueva cuenta, un delegado especial para evitar mayores conflictos. Los priistas capitalinos no parecen ponerse de acuerdo en función de un objetivo común y persisten en una lucha  estéril que puede causar una abolladura a su proyecto nacional.

Según estudios de opinión, el PRI ha logrado reposicionarse en la capital desplazando al PAN a un tercer lugar. Y cuando en estos estudios de opinión se incluyen los nombres de posibles candidatos,  la ex presidente del tricolor, Beatriz Paredes, aparece en primer lugar sobre diversas opciones de aspirantes del PRD y del PAN. Esto, que resulta verdaderamente novedoso y alentador para el priismo, tendría que motivar a los grupos de poder de esta organización en el D.F. a hacer a un lado intereses particulares y diferencias, y sumarse a lo que debiera ser su principal motivación y causa de lucha que es la recuperación del poder, ahora que soplan vientos favorables para este partido.

D.F. Preciado Boletín Electoral (2)

In Elección Federal 2012 on 24 agosto, 2011 at 5:56 pm

Agosto 24 de 2011

D.F. PRECIADO BOTÍN ELECTORAL (2)

Miguel Tirado Rasso

Para  cualquier partido político, el Distrito Federal constituye el reto electoral más importante. Como lo señalábamos la semana pasada, la ciudad capital resulta una plaza políticamente estratégica dado el centralismo de facto que vivimos. No es pues de extrañar que, a partir de la reforma electoral que devolvió a los capitalinos el derecho a elegir a sus autoridades, tras la suspensión del régimen municipal en 1928, los partidos más grandes, PRI, PAN y PRD busquen seleccionar a sus mejores personajes para postularlos como candidatos a la Jefatura del Gobierno de la capital del país.

En esta ciudad se elegirán, en julio del año que entra, 122 cargos que incluyen una Jefatura de Gobierno, 16 delegados, 66 diputados locales (26 de representación proporcional) y 36 diputados federales (16 de representación proporcional), así como tres senadores (uno de representación proporcional).

A partir de que el PRD ganó la Jefatura de Gobierno del D.F., en 1997, PRI y PAN no han podido arrebatarle el poder a ese partido.  Si bien es cierto, que en la elección de 2000 la disputa estuvo muy cerrada entre los candidatos del PRD, Andrés Manuel López Obrador, con 38.3 por ciento de la votación, y el del PAN, Santiago Creel, que obtuvo 33.4 por ciento, el dominio perredista se consolidó en los siguientes comicios.

En 2006, una vez más fue Acción Nacional quien trataría de dar la batalla al del Sol Azteca, en la carrera por el poder del Distrito Federal. En esta ocasión, sin embargo, el candidato perredista, Marcelo Ebrard, triunfaría con una cómoda ventaja de 29 puntos, sobre el candidato panista, Demetrio Sodi.

La participación del blanquiazul en las elecciones locales de esta capital ha tenido sus altas y bajas, pero una vez que el PRI quedó borrado del mapa electoral, aquel partido ha sido el único capaz de ganarle posiciones al PRD.

En 2000, el PAN logró su mejor momento electoral. En ese año, obtuvo seis jefaturas delegacionales (Álvaro Obregón, Azcapozalco, Benito Juárez, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza), 21 diputados locales de 40, y 24 federales de 30 posibles, todos de mayoría relativa. Además, cómo ya los mencionamos, su candidato a la Jefatura de Gobierno estuvo a punto de obtener el triunfo sobre el candidato perredista. Sin duda, habría que considerar que el efecto Fox tuvo un enorme peso en la voluntad del electorado capitalino, quien dividió prácticamente sus preferencias entre los candidatos de estos dos partidos.

Tres años después, las cosas no resultarían tan buenas para el blanquiazul, que sólo refrendaría sus triunfos en dos delegaciones que se han convertido en sus bastiones en esta capital: la Miguel Hidalgo y la Benito Juárez. La votación obtenida para diputados locales y federales se derrumbó y sólo pudo llegar a un poco más de la mitad de los votos obtenidos por el PRD, 25 por ciento contra 43 por ciento.

En los comicios de 2006 y 2009, Acción Nacional conservó su posición en las dos delegaciones ganadas tres años antes, sumando, en la última elección, la delegación Cuajimalpa. Logró asimismo, 4 diputaciones locales y dos federales de mayoría, en 2006, y en 2009 elevó a 9 el número de sus diputados locales por mayoría.

La elección de 2012, constituye una prueba de fuego para este partido. De acuerdo a los resultados de algunas encuestas publicadas recientemente, su posicionamiento político en la ciudad capital no atraviesa por su mejor momento. Como partido, se encuentra en tercer lugar de las preferencias electorales, con menos de la mitad de los puntos que alcanzan el PRI y del PRD, manteniéndose este último en el primer lugar.

Con todo, varios son los personajes del blanquiazul que aspiran a ser postulados a la Jefatura de Gobierno. Y aunque, a la hora de hacer la consulta, con mención de nombres de posibles candidatos, mejora la posición de los panistas, siguen estando muy distantes, hasta un 50 por ciento por abajo de quien aparece como favorito. Desde luego, que se trata de estudios absolutamente especulativos y algo anticipados, pues ni siquiera existe definición de alguno de los partidos sobre los nombres de quienes podrían ser considerados como posibles precandidatos. No obstante, estas consultas permiten tener una idea sobre cómo andan las preferencias del electorado, por lo que habría que tomarlas  en cuenta, con sus debidas reservas.

Entre la rumorología panista, los precandidatos que más se mencionan, y que han expresado públicamente su interés en participar, son el delegado de Miguel Hidalgo, Demetrio Sodi, quien competiría por segunda ocasión por el gobierno capitalino, y el Director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege.

Otros aspirantes que no se han destapado del todo, pero que han dejado sentir sus inquietudes políticas, son la diputada federal Gabriela Cuevas, ex delegada de Miguel Hidalgo, y la diputada local y ex presidente del Comité Directivo Regional del PAN en el D.F., Mariana Gómez del Campo. Por ahí, una mano amiga ha señalado, también, a la diputada Josefina Vázquez Mota, como aspirante de lujo para el D.F., gesto que, seguramente, no ha de haber sido muy apreciado por la líder de la bancada panista en el Congreso, ante lo que ella ha expresado como su verdadera aspiración política.

No va a ser fácil para el PAN su participación electoral en la capital del país. Tendrán que trabajar a fondo la plaza y considerar algunas alianzas estratégicas, para evitar un descalabro. Y es que, aunque el PRD muestra signos de debilidad, y pareciera ser la oportunidad para arrebatarle posiciones, el otrora convidado de piedra, el PRI, se ha metido a la competencia electoral con buenas expectativas. Resulta que a la fecha, y de acuerdo a algunas encuestas, el tricolor ha desplazado al PAN a un tercer lugar, y ahora surge como una seria amenaza para el mismísimo PRD.

D.F. Preciado Boletín Electoral (1)

In Elección Federal 2012 on 17 agosto, 2011 at 5:57 pm

No es de extrañar que actualmente la capital del país esté convertida en un verdadero hervidero político. Como fue el caso del estado de México, durante su proceso electoral para gobernador, existe un interés que va más allá del objetivo principal de ganar una elección. Y es que estas dos entidades cuentan con los padrones electorales más numerosos de todo el país. En efecto, según  el censo de 2010, el Estado de México tiene una población de poco más de 15 millones de habitantes (15’175,000), mientras que el Distrito Federal cuenta con casi 9 millones (8’850,000).

De acuerdo con la cifras que nos da el INEGI, la población nacional actual asciende a poco más de 112 millones de habitantes (112’336,538), de tal suerte que en estas dos entidades se concentra el 21 por ciento del total de nuestra población, lo que resalta el enorme peso político-electoral que representan y su importancia estratégica. Pero, desde luego, otras consideraciones dan al Distrito Federal especial relevancia como ser la capital de la República, la sede de los poderes de la Federación, además de ser el corazón político, económico y financiero del país.

A raíz de su triunfo electoral, en 1997, el Distrito Federal pasó a ser el principal bastión del PRD. Su entonces candidato, Cuauhtemoc Cárdenas, fundador del partido del Sol Azteca, se convertiría en su primer Jefe de Gobierno, en la nueva etapa de autoridad elegida por el voto popular. Tres años más tarde, en 2000, Andrés Manuel López Obrador prolongaría la permanencia perredista en el gobierno capitalino al triunfar en la elección para la jefatura de gobierno. Y en 2006, Marcelo Ebrard resultaría un candidato exitoso, de manera que el de la Revolución Democrática refrendaría su fuerza político-electoral, y una vez más la ciudad capital quedaba bajo los colores de ese partido.

Desde su primer gran triunfo en el D.F., el PRD apareció como una fuerza invencible electoralmente. Sin embargo, los continuos enfrentamientos y los muchos dimes y diretes que se dan entre sus diversas corrientes, han ocasionado fracturas a su interior, debilitando la posición del partido en general y, en particular, en esta entidad. Lo anterior, sumado al desgaste que implica gobernar esta ciudad a lo largo de 14 años, han puesto en riesgo la permanencia del Sol Azteca en el palacio del ayuntamiento de la capital.

Si a algún partido le sobran aspirantes al gobierno de esta ciudad, ese es al PRD. Entre quienes abiertamente han expresado su deseo de ser postulados como sus candidatos contamos, al menos, ocho auto destapados. Éstos, según algunas encuestas, estarían encabezados por el senador Carlos Navarrete y el procurador Miguel Ángel Mancera, seguidos, en preferencias, por la diputada local, Alejandra Barrales, el ex Secretario de Seguridad, Joel Ortega, y el Secretario de Educación, Mario Delgado. Otros, que también pretenden ser considerados, son los secretarios locales de Desarrollo Social, del Trabajo y de Turismo.

La situación se complica para el perredismo en función de que varios de estos aspirantes cuentan con apoyos considerables que los hacen competitivos entre ellos mismos. Eso significa que la negociación para definir a los precandidatos no será sencilla, los grupos de interés no son fáciles de convencer, y una fractura interna es una amenaza que no se puede descartar. Una más, sólo que en el momento menos oportuno, pues no habría tiempo ya para restaurar heridas, lo que otros partidos, léase el PRI, aprovecharían para reposicionarse.

Al fin de cuentas, el tricolor parece haber despertado entre las preferencias de los capitalinos, según algunas encuestas, y de estar totalmente desaparecido electoralmente en esta ciudad, ahora se coloca en una posición competitiva, como hace muchos años no lo había estado.

En el complejo entramado político perredista que se da en la ciudad capital, está el interés de los dos aspirantes presidenciales de este partido, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, porque uno de sus leales sea el candidato al gobierno capitalino. El problema es, que las corrientes que siguen a uno y a otro, están, por decirlo de alguna manera, ligeramente distanciadas, y no se ve al personaje que pueda conciliar los intereses de la izquierda en la carrera por el gobierno capitalino.

Frente esta situación, y ante el riesgo de perder la plaza, en ese partido han comenzado a buscar una figura que sume opiniones, aunque no sea un activo militante perredista. Y aquí es en donde el nombre del Dr. Ramón de la Fuente se ha empezado a escuchar, lo que, sin duda, dejaría fuera de toda posibilidad a los numerosos aspirantes que, como se ha dicho, más que sumar, dividen.

Un candidato de las características del Dr. de la Fuente, estaría asegurando el triunfo del PRD, siempre y cuando en la cúpula de la izquierda llegaran a un acuerdo sobre su candidatura y, más importante, quizás, que en la postulación de su candidato presidencial también se lograra un consenso, lo que parecería todavía más complicado.

El Partido de la Revolución Democrática debe considerar seriamente sus posibilidades electorales a nivel presidencial, y apostar a no perder la plaza del Distrito Federal. Un análisis frío debe llevarlos a definir las candidaturas a estas dos posiciones, en el que la unidad de la izquierda sea el objetivo, de otra forma lo pueden perder todo.

Michoacán en cerrada disputa

In Elección Federal 2012 on 10 agosto, 2011 at 5:59 pm

Con los comicios para gobernador, diputados locales y alcaldes en el estado de Michoacán, el 13 de noviembre próximo, se cierra el  calendario electoral del año, con lo que la atención política, en su totalidad, quedará concentrada en el gran proceso electoral de julio del año que entra. El calificativo no es gratuito, pretende destacar no sólo la importancia de los últimos comicios del período presidencial, sino además la cantidad de posiciones de representación popular que se habrán de disputar.

Y es que además de elegir al titular del Poder Ejecutivo Federal, y a la totalidad de los integrantes del Congreso Federal (500 diputados y 128 senadores), habrá elecciones para gobernador, diputados y alcaldes, en tres entidades federativas (Guanajuato, Jalisco y Morelos), para  jefe de Gobierno, Delegados y diputados a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y para renovar los congresos locales y ayuntamientos de seis estados de la República (Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora). Estamos hablando, entonces, de una elección para los titulares de 1433 cargos de representación popular, a los que habría que sumar regidores de ayuntamientos y suplentes.

Pero volviendo al proceso electoral michoacano, éste avanza en sus etapas. Por lo pronto, los tres principales partidos, PRI, PAN y PRD han definido ya a sus candidatos para la gubernatura, además de concretar los partidos con los que irán en alianza. Al menos, los dos primeramente mencionados, porque en el caso del de la Revolución Democrática, uno de sus aliados naturales, el Partido del Trabajo (PT), se da sus tiempos y, por el momento, sólo ha aceptado al senador Silvano Aureoles, candidato oficial del PRD, como su precandidato, hasta que se realice su convención de delegados, en donde seguramente ratificarán su postulación.

Hay que recordar que la dirigencia petista se resistía a apoyar la candidatura del senador Aureoles a quien acusaban de ser “el ala derecha de la izquierda,” por lo que habían considerado contender con un candidato propio. Un arduo trabajo de negociación a cargo del coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA), Manuel Camacho, y del presidente del PRD, Jesús Zambrano, hizo que, finalmente, pudiera concretarse una alianza entre el PRD, Convergencia y el PT para participar en la elección con un candidato común.

Este acuerdo permite meter a la izquierda nuevamente en la competencia por la gubernatura, pues ir por separado les auguraba perder la plaza y caer hasta un tercer lugar. De por sí, el gobierno de Leonel Godoy no las trae todas consigo, y con los problemas de inseguridad que padece el estado, la población michoacana no parece estar muy satisfecha con su gestión. Así que los partidos de izquierda y su candidato tendrán que esforzarse mucho y hacer una muy buena campaña si quieren repetir en el gobierno.

El PAN, por su parte, supo sortear sin mucho desgaste la tormenta que amenazaba a su proceso interno de elección de candidato. Las características personales de uno de sus participantes hacían complejo y delicado el proceso, por suponer, según algunas voces, elementos válidos de descalificación. Pero Luisa María Calderón Hinojosa, hermana de quien usted ya se imagina, arrasó en las internas de su partido, dejando sin ninguna posibilidad de pataleo a su contrincante, y despejando cualquier duda sobre quién debía ser la abanderada del blanquiazul.

Las cosas, sin embargo, no están fáciles para Acción Nacional. De lo cual parece estar consciente su candidata, por lo que en una decisión, más pragmática que recomendable, acordó con la maestra Elba Esther Gordillo el apoyo del Partido Nueva Alianza, que se sumará a su candidatura. Esto le significará a la aspirante panista una interesante infraestructura electoral, por decirlo de alguna manera.

Finalmente, el PRI habría indicado en las bases de su convocatoria a los aspirantes al gobierno del estado que la elección del candidato se realizaría a través de una convención de delegados. Sin embargo, tras los resultados de las encuestas que señalaban como favorito, por un amplio margen, al alcalde de Morelia, Fausto Vallejo, se decidiría por una candidatura de unidad en su favor. El postulado por el tricolor ha ocupado la presidencia municipal de la capital michoacana en tres ocasiones, lo que da una idea de su competitividad.

El proceso electoral de Michoacán se ve equilibrado, al menos entre el PRI y el PAN. Las encuestas muestran, a tres meses de la elección, diferencias cerradas entre los candidatos de estos dos partidos, en las que uno aparece adelante del otro, según sea el partido que mande a hacer el estudio. El menos favorecido resulta ser el candidato de la unidad de izquierda, por lo que el PRD está en riesgo de perder una plaza considerada como bastión perredista, cuna del cardenismo, que se encontraba bajo sus colores desde 2002.

Eso sí, quien gane la elección, sólo podrá disfrutar el poder un tiempo muy corto, menos de la mitad del plazo regular, pues debido las reformas electorales de 2007, el próximo gobernador de esta entidad estará en el cargo únicamente durante dos años con siete meses.

Armas al mejor postor

In Elección Federal 2012 on 3 agosto, 2011 at 5:59 pm

A medida que avanzan las investigaciones que llevan a cabo los legisladores del Congreso de los Estados Unidos, sobre el polémico y perverso programa Rápido y Furioso, surgen novedades que dejan muy mal paradas a las autoridades de ese país, en lo que a sus técnicas para el combate al narcotráfico se refiere.

Recordemos que esta operación se llevó a cabo, según la versión oficial, en la clandestinidad, sin que tuvieran conocimiento las más altas autoridades de justicia y seguridad norteamericanas. La responsabilidad total, hasta este momento, recae en los directivos de la Oficina de Control de Alcoholes, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), quienes habrían concebido esta operación con ambiciosos y nobles objetivos tales como capturar a los organizadores de la compra de armas que actúan a nombre de los cárteles, desmantelar una red traficante, procurar el desmantelamiento de un cártel entero y, quizás, hasta lograr la captura de algunos capos.

Los fines perseguidos en este operativo, resultarían incuestionables si no fuera por el método considerado para lograrlos. Y es que a quien haya sido el estratega de este programa, se le hizo fácil suponer que introduciendo armas a nuestro país de manera subrepticia, adquiridas con el patrocinio de la propia ATF, utilizando compradores de paja, incluidos, entre ellos, al menos dos criminales convictos, podrían ubicar e identificar a los usuarios finales, esto es, a los miembros de los diferentes cárteles de la droga.

Pero resulta que la operación falló, pues alrededor del 80 por ciento de las armas adquiridas bajo este programa, se extravió en el camino. Resultó, entonces, que el rastreo planeado fue un fracaso y consecuentemente, ni uno de los objetivos contemplados pudo siquiera estar cerca de lograrse. Según informes de la Oficina responsable del operativo, al menos mil 430 armas de las más de 2000, no se han recuperado, si es que las cifras que se proporcionan son correctas, ya que no ha quedado bien claro cuantas armas fueron adquiridas para este propósito.

Y si bien, el operativo cayó en absoluto descontrol, las armas si llegaron a su destino, y fueron utilizadas en enfrentamientos contra las fuerzas de seguridad del gobierno, causando algunas bajas, entre las que se contaron dos agentes norteamericanos, que fue, finalmente, lo que detonó el escándalo de este programa, supuestamente secreto, y dio paso a la investigación iniciada por autoridades y congresistas norteamericanos.

Entre las novedades que ha permitido hacer públicas esta investigación, está la existencia de otros dos programas similares a la “Operación Rápida y Furioso”, uno con origen en Tampa,  Florida, y otro operado desde Houston, Texas.  El primero, denominado “Operación Castaway”, descubierto en septiembre pasado por el fiscal del Distrito de ese estado, A. Brian Albritton, contempló la internación de mil armas hacia Centro, Sudamérica y Puerto Rico, aunque se afirma que también habrían llegado a México. El de Houston, sumaría 2 mil armas, éstas con destino directo a nuestro país, según lo declarado por los informantes de la ATF al Congreso estadounidense.

El escándalo originado por el descubrimiento de operativos ejecutados por autoridades norteamericanas que promueven la venta deliberada de armas de fuego a organizaciones criminales, entre ellos al cártel de Sinaloa, ha tenido diversos efectos.

Por una parte, la administración del Presidente Barack Obama dispuso medidas para restringir y controlar la venta de armas en los estados de Arizona, California, Nuevo México y Texas. En base a estas disposiciones, las cerca de 9 mil armerías que se calcula existen en la frontera con nuestro país, deberán reportar las ventas de dos o más rifles de asalto ocurridas en menos de cinco días a una misma persona. Esta disposición se supone que tendrá un impacto real en la disminución del tráfico ilegal de armas hacia México.  .

Pero la respuesta de la poderosa Asociación Nacional del Rifle de aquel país no se ha hecho esperar, y ha acusado al Gobierno Federal de extralimitarse y carecer de autoridad para dictar esas medidas, que “limitarán injustamente a vendedores (de armas) respetuosos de la ley en los estados fronterizos”, por lo que llevarán el caso hasta la Corte.

Por otro lado, las investigaciones del Congreso norteamericano presionan para descubrir quiénes y qué tanto sabían de estos programas las autoridades de ese país. En juego está la posible responsabilidad por la muerte de dos de sus agentes abatidos con armas adquiridas al amparo del operativo Rápido y Furioso, lo que se presenta como una oportunidad para golpear políticamente a la administración del Presidente Obama, quien prepara ya su campaña para la reelección.

En el deslinde responsabilidades de parte de autoridades del vecino país, y con el ánimo de disminuir culpas, la propia embajada americana afirmaría que México había sido informado del operativo, lo que de inmediato fue desmentido por nuestro gobierno.

Y mientras dimes y diretes continúan distrayendo la atención en aspectos menores, el verdadero fondo del problema, el mercado de armas en la frontera y su tráfico ilegal a nuestro país, sigue viento en popa, y los criminales aprovechando ofertas y facilidades.

Se calcula que más del 80 por ciento del armamento ilegal en México proviene de nuestro vecino del norte. En los últimos cuatro años, el gobierno del Presidente Felipe Calderón ha confiscado más de 100 mil armas a los delincuentes. Sobran comentarios.